Veracruz | 2023-01-09
Mucho se ha dicho que los grupos, pese a que están confrontados, al final en una elección, se suman todos para cerrar filas y lograr el triunfo sea quien sea el candidato o sea cual sea la elección que se disputa.
Lo que parece no ser muy seguro que ocurra en las siguientes elecciones en la entidad cuando lo que se observa a imple vista no es una fractura que derive en dos o tres grupos, sino una fractura generalizada.
Se trata de varias fracciones con cabezas visibles y choques ya evidentes entre los distintos actores políticos que encabezan corrientes.
Es claro que son secretarios, como el de Educación, Zenyazen Escobar, que a toda costa busca aparecer amparado en el poderoso presupuesto que le brinda la SEV para capitalizarse políticamente.
El secretario de Gobierno, Eric Cisneros que también pretende fincarse con todo y quien tiene toda la vara alta de Palacio de Gobierno, o al menos eso presume, y la confianza de una de las multimencionadas aspirantes a la gubernatura, Rocío Nahle.
Otro nombre que empieza a hacer ruido es el del subsecretario de Sefiplan, Eleazar Guerrero, quien ahora con su organización Unidos Todos anda haciendo suficiente ruido para que lo volteen a ver, sin saber hacia dónde quiere ir.
Y por ahí también salta el titular de Sefiplan, José Luis Lima Franco, de quien ya se dice mínimo quiere una diputación federal.
Los de fuera serían los más radicales y por ello, todos andan locos incluyéndose en encuestas.
Se trata del delegado del Programa Bienestar Manuel Huerta y del diputado federal, Sergio Gutiérrez.
El que está haciendo lo suyo es el líder de Morena, Esteban Zepeta quien trae una misión perversa y busca que los candidatos no se reelijan y meter nuevos elementos y refrescar con abanderados que sean suyos.
Pero en realidad, de esta manera, lo que pretende el gris dirigente es arrebatar el capital político que en la Cámara Baja tiene de su lado el delegado Huerta Ladrón de Guevara.
Y así, mermarle su capital político, algo que más de uno no avala que eso ostente el representante de la Federación. Además de todos los recursos que se manejan en los programas sociales.
Y sus aliados han ido disminuyendo poco a poco, pero actualmente a los que ya no quieren dejar se queden bajo e reelección o quitarlos del camino son entre otros, Jaime Humberto Pérez Bernabé, de Papantla; Paola Tenorio Adame de los Tuxtlas; Marta Rosa Morales de Córdoba, entre otras.
REVIVIR AL PRI. Beatriz Paredes, la senadora, sigue siendo la mamá de los priistas que están desamparados y que sienten que no tienen ya ni partido. Y por ende, sienten el calor maternal de la legendaria priista y una de las primeras mujeres gobernadoras en México, como lo fue en su natal Tlaxcala.
Con mucha trayectoria dentro del PRI Paredes vino a darle un tanque de oxígeno a los del tricolor en Veracruz y a recuperar un poco de las cenizas para reconstruir y levantarles una base, sobre la que tendrán que trabajar si quieren que el PRI se pueda revalorar aunque sea un poco, dentro del bloque opositor con PAN y PRD.
Con miras a la gubernatura del 2024, Paredes Rangel tuvo una agenda bastante agitada.
Primero al asistir a la celebración de la Ley agrario con Pepe y Héctor Yunes.
Y un día después, este sábado ambos actores le acercaron a sus cuadros y los pocos liderazgos que quedan aún convencidos como es el priismo, tejiendo poco a poco y lo que queda.
Quizá no le alcance para ser candidata, pero algo está haciendo, lo que sabe hacer Paredes, con las bases, a fin de aportarle algo al bloque en el 2024.
Por lo menos esperanza y brillo en sus ojos les devolvió a las prisitas veracruzanas.
La ministra Norma Lucía Piña Hernández fue elegida como presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). Con este nombramiento, la jueza se ha convertido en la primera mujer en presidir el máximo tribunal de México.
No obstante, el único “frijol” en el “arroz” es que no era la candidata del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Tal vez sea por eso que ninguna autoridad del Gobierno de Veracruz felicitó a la ahora Ministra Presidenta.
La única que se atrevió a romper la “línea” fue Lisbeth Aurelia Jiménez Aguirre, presidenta del Tribunal Superior de Justicia de Veracruz (TSJE), quien en las redes sociales del poder judicial celebró el cambio en la Suprema Corte.
Sin duda, en Palacio de Gobierno no debió gustar su publicación y también es evidente que la magistrada tendrá que aprender que en política la forma es fondo.