Veracruz | 2022-06-25
El nexo entre cambio climático y derechos humanos es cada vez más evidente y su reconocimiento en el plano internacional ha alcanzado significativos niveles de consenso, no solo en el régimen legal que atañe al cambio climático, sino también en el régimen internacional de los derechos humanos.
La explotación desmedida de la naturaleza para satisfacer el creciente patrón de consumo a nivel global, ha ocasionado la transgresión de ciertos límites planetarios, que fijan un umbral bajo el cual los procesos biofísicos del sistema Tierra operan de forma segura para la humanidad.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha reconocido como un derecho humano de carácter autónomo y justiciable por la jurisprudencia de los órganos del Sistema Interamericano de Derechos Humanos de manera directa el derecho al medio ambiente sano.
Hace unos días la Relatoría sobre derechos económicos, sociales y ambientales (REDESCA) de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, presentó su más reciente informe que detalla la situación ambiental de los 35 países de la región.
Para elaborar la resolución, la Relatoría Especial encabezó un proceso de investigación y redacción, que contó con la participación de personas expertas, así como diálogos con organizaciones de la sociedad civil, academia y actores relevantes en la materia, inclusive en el marco de las Conferencias de las Partes (COP) del Convenio Marco sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas (UNFCCC).
El texto incluye una serie de estándares y recomendaciones dirigidas a los Estados miembros de la Organizaciones de los Estados Americanos (OEA), que también resultan relevantes para el trabajo de organizaciones de la sociedad civil, academia, instituciones nacionales de derechos humanos, como para otros organismos multilaterales que trabajan en la región.
El documento señala que México es una de las 10 naciones con mayor proporción de muertes atribuibles a la mala calidad del aire por quema de combustibles fósiles, y al mismo tiempo la que registra más emisiones de Gases de Efecto Invernadero del sector energético.
México es uno de los 25 países del mundo que enfrenta un mayor estrés hídrico, más de 50 millones de sus habitantes enfrentan algún tipo de escasez y el 10% de la población definitivamente no tiene acceso a agua potable; sumado a lo anterior se advierte que el aumento de las temperaturas derivará en un aumento de la demanda de agua, el riesgo de la disponibilidad de agua en amplias comunidades en los siguientes años, particularmente por el cambio climático que modifica los patrones de precipitación y humedad. Los bosques destrozados, la desertificación, los mares repletos de plástico y el calentamiento global nos acercan a la extinción.
La emergencia climática ha traído consigo una amenaza importante para los recursos imprescindibles para una vida digna, como son el derecho al agua y al saneamiento, a la alimentación, a la salud, a la vivienda y el derecho a un ambiente sano.
Nos enfrentamos a un escenario inédito en el que no habrá suficiente agua para satisfacer las necesidades de una población conocido como “Día cero”, que los expertos atribuyen al crecimiento de la población, la industria, la agricultura y los malos estilos de vida.
#CambiaUnaAcciónCambiaTodo.