EL FACTOR EBRARD

AL PIE DE LA LETRA

Veracruz | 2023-09-06

Más que el resultado de la encuesta de Morena para designar a su coordinador o coordinadora para la defensa de la Cuarta Transformación –nombramiento inventado para evadir la ley electoral, ya que hasta noviembre próximo podrán registrar oficialmente a su precandidato o precandidata a la Presidencia de la República–, lo que mayor expectación ha generado en el partido guinda es la decisión que tomará el excanciller Marcelo Ebrard, pues desde siempre se ha sabido que la aspirante favorita de Palacio Nacional es la exjefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, y que el Plan B es el exsecretario de Gobernación, Adán Augusto López.

Ebrard, pues, no ha tenido, no tiene y no tendrá ninguna oportunidad en Morena para llegar a ser Presidente de México en 2024 ni en el 2030, que sería prácticamente su última oportunidad ya que para entonces estaría por cumplir 71 años. Y es que, independientemente de su edad, en la siguiente sucesión tendría que disputarle además la candidatura presidencial a Andrés Manuel López Beltrán, el hijo de AMLO que de manera muy discrecional mueve los hilos del poder, al cual le ofreció públicamente crearle en el sexenio siguiente la Secretaría de la Cuarta Transformación, lo que se interpretó como un guiño del excanciller a López Obrador para ganarse su apoyo y confianza. Pero no le funcionó, pues “Andy” rechazó su invitación.

Hasta ahora, el Presidente no le ha dado pretexto para que rompa con su partido, ya que prácticamente le ha aceptado casi todas sus condiciones en el proceso interno, entre ellas las renuncias y licencias de todos los aspirantes a la candidatura, lo que molestó a Sheinbaum y a Adán Augusto, que se resistían a dimitir a sus cargos como lo exigía Ebrard al anunciar su separación de la Secretaría de Relaciones Exteriores. Su más reciente inconformidad, por las empresas encuestadoras sorteadas, fue subsanada por el senador Ricardo Monreal al retirar su propuesta para darle cabida a la del excanciller.

Según los acuerdos tomados en aquella anecdótica cena de junio en un restaurante del centro histórico de la CDMX convocada por López Obrador, a Ebrard le correspondería ser el coordinador de los senadores de Morena en la próxima legislatura si quedara en segundo lugar en la encuesta. ¿Aceptaría? Hay quienes lo dudan, pues sería un líder sin poder real, como terminó siéndolo Monreal cuando cayó de la gracia presidencial, ya que no son bien aceptados por la nomenclatura morenista.

Si Marcelo decide quemar sus naves en Morena, la única opción que le quedaría es Movimiento Ciudadano, pues el Frente Amplio por México (PAN-PRI-PRD) ya tiene a la senadora Xóchitl Gálvez como virtual candidata.

En MC su dirigente Dante Delgado lo recibiría con los brazos abiertos. Los dos tienen mucho en común: ambos fueron perseguidos políticos por el régimen priista y fueron amigos cercanos del fallecido exjefe del Gobierno capitalino y excanciller Manuel Camacho Solís.

Y, ante la ruptura del gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, el veracruzano tendría en Ebrard el mejor sucesor para entregarle el bastón de mando del partido naranja.

 

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