Veracruz | 2020-05-31 | Agustín Gálvez
Hemos pasado días muy difíciles estos últimos tiempos, aunque hemos vivido ya algunos de nosotros pandemias o situaciones similares, estos ya casi tres meses de confinamiento, han sido para muchos un descanso y desconecte de las actividades que venían arrastrando, pero no para todos ha sido sencillo, muchos simplemente critican y mal hablan de aquellos que tienen la necesidad de salir a buscar el sustento de cada día, pero otros, tristemente, aun haciendo el mayor de los esfuerzos, por encontrar el sustento diario, le es imposible ayarlo, con la más profunda tristeza hemos sido testigo de personas, que andan de casa en casa, no pidiendo limosnas o dinero, sino algo que podamos compartir con ellos para mitigar su hambre y la de sus familias, triste realidad, algunos pueden quedarse en casa y aprender cosas nuevas y realizar actividades que antes nunca habían realizado, pero otros simplemente no tienen ni para comer.
Por otra parte, hoy en día nos vemos atribulados por tantas tristes noticias de amigos contagiados ya por el famoso virus protagonista de esta pandemia y peor aún, muchos de nuestros amigos, han fallecido ya a causa de esto mismo, aun así pensamos que está lejos de nosotros mismos y de nuestras familias y espero sinceramente que así sea, sin embargo, estamos expuestos a que pase todo. ¿Porque la vida nos hace esto? Yo creo que mas que reprochar el por qué, tenemos que aprovechar dos grandes oportunidades que recibimos con ello, la oportunidad de cambiar y la oportunidad de servir.
El dolor nos fortalece, muchos de mis amigos y conocidos y familiares de mis conocidos y familiares míos ha partido en estos tiempos difíciles, algunos ni si quiera hemos tenido la oportunidad de despedirnos de ellos como tradicionalmente lo haríamos, sin embargo, como le comentaba a una persona cercana a mí que también se dolía por todas estas pérdidas, esta bendita vida sigue su camino sin parar el ritmo, si acaso nos marca distintos ritmos, pero siempre continua y nosotros tenemos que continuar con ella también, al ritmos que nos toque o al ritmo que nos marque, es nuestro compromiso solventar los cambios que tengamos que solventar, crecer lo que tengamos que crecer aunque con ello tengamos que soportar lo que nunca imaginamos tendríamos que soportar, pero todo esto puede hacer dos cosas con nosotros mismos, a llevarnos al pesimismo y derrotismo, o sacar la mejor versión de nosotros mismos, crecer y ser mejores cada día, de cada uno de nosotros depende qué camino tomar.
Un dicho que he repetido un sinfín de veces, es precisamente “Golpe que no me derriba, me fortalece” igualmente puedo traducirlo como el dolor nos fortalece, pero ese fortalecimiento debe girar precisamente en el crecimiento de la persona, mejor actitud, mejor pensar y mejor actuar, no debemos de confundir con la situación, de que por que he sufrido mucho o la vida me ha golpeado con rudeza, tenga yo que convertirme en un patán o en una persona hostil o desconsiderada, no la fortaleza radica en ser mejor, pensar con mas inteligencia y empatía, saber actuar de la manera correcta en el momento preciso, tener mejor temple en mis respuestas y mas caridad en mi actuar para con los demás y para conmigo mismo.
En un entrenamiento que tuve hace ya muchísimos años, en un curso para cintos negros avanzados, realizando una técnica de defensa personal, en la que me encontraba yo de espaldas, tirado al suelo y si visibilidad de mi atacante, este salto y cayo con todo su peso y potencia propinando un golpe directo a mis cervicales, causándome un esguince muy doloroso, y simplemente exclamo, así son las artes marciales, se debe de trabajar con fuerza!!!!!! A lo que le conteste, en una situación hostil real quizás tengas razón, pero estamos en práctica y estoy desprotegido y tu contraataque no fue de fuerza o rudeza, fue de salvajismo, y eso no es lo que las artes marciales enseñan, la cortesía y el cuidado de la integridad física de nuestros compañeros prevalecerá sobre la tonta idea del salvajismo que no es propio de la virtud marcial.
El dolor nos fortalece, pero tenemos el compromiso como dije de sacar la mejor versión de nosotros mismos, ser más comprensivos, empáticos y sobre todo más humildes.
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