Ciudad de México | 2021-01-16 | Raúl López Gómez
En los tiempos electorales en los tiempos de Covid-19, en México, se recrudecen los estertores venidos desde quienes se esmeran en darle vida artificial al viejo régimen que se fue, y que dejó a millones de mexicanos en la pobreza y en la miseria extrema. Pero también a una clase media afectada.
Aun así, los poderosos venidos a menos, que detentaron el poder político y económico por décadas en el país, quieren regresar, pero no lo que se “llevaron”, sino que, en la confusión de ideas, creen que podrán engañar de nuevo a los millones de mexicanos que ya aprendieron, primero a vivir en la democracia.
Y también, a que tendrán que esperar, para darle un poco más de tiempo al presidente AMLO con su morena en la Cuarta Transformación Nacional, para dar el último jalón a un nuevo régimen que pretende descarrilar los que extrañan privilegios, impunidad y la corrupción junto al abuso de poder que agobiaron a gran parte de la población en todo el país.
Los que se acostumbraron a vivir en un mundo virreinal de ensueño, y no quieren reconocer que la mayoría de la población está alerta y dispuesta a no dejarse llevar por las emociones de las falsas promesas de antes, que engañaban al pueblo con los clásicos ofrecimientos del ahora sí, y de aquello de la otra oportunidad para comenzar de nuevo, pero en la realidad después del gobierno de EPN, parece que la gente por el momento no piensa darle de nuevo el voto de confianza al priismo, agotado, pero que se resiste a quedarse sin vivir fuera del anhelado presupuesto.
Por eso, en el esquema de los grandes privilegios de una alta burocracia disfrazada en los organismos públicos descentralizados o autónomos, y hasta en los otros poderes de ultra conservadurismo, que disfrutan de vivir en la abundancia y de tener casas y cuentas bancarias en el extranjero –entiéndase en los paraísos fiscales- demuestran que no se han saciado en su voracidad de amasar grandes fortunas al amparo del erario público.
En el proceso electoral actual está la clave, y tiene su mérito, de que los ciudadanos se mantengan firmes y estoicos para que por fin dejen de creer en los que les provocaron tantos males económicos y de injusticia en el pasado.
Se trata, de que en los nuevos tiempos democráticos el voto de los ciudadanos es un arma, y ya se verá hasta donde están de nuevo dispuestos a usarla como voto de castigo, en contra de unos y de otros, de los partidos protagonistas y antagonistas, que siguen simulando de ejercer las prerrogativas, y simplemente se usan con fines personales o de grupo.
Por cierto, se dijo que el ex gobernador Dante Alfonso Delgado Rannauro, dirigente del Partido Movimiento Ciudadano, anda en tierras jarochas. para hacer lo que le gusta andar en la política, y al parecer ya recuperado del contagio del Covid-19, que lo mantuvo hospitalizado, retornó a la circulación para supervisar el trabajo de los jóvenes dirigentes que le manejan la franquicia en estos lares, y de los que espera buenos dividendos electorales, porque se optó por lo de aquel viejo dicho de que “más vale solos que mal acompañados”.
En la inteligencia y experiencia de DDR, sin duda que por fin se esperan aumentar los triunfos en las alcaldías y en las diputaciones, también.
Dante Delgado, mantiene en el arrancadero a uno de sus más cercanos amigos de toda la vida, y un hombre pensante, abogado de experiencia y que es de los pocos que le puede hablar con la verdad a quien pretende incrementar el porcentaje de la votación convocando a muchos personajes jóvenes de la sociedad civil, que, en Veracruz, por lo menos serán la revelación en las presentes elecciones. Se trata del reconocido abogado Luis Feijoo Herrera, quien se ha mantenido siempre cercano a su compañero de lides juveniles.
A diferencia del joven norteño Samuel García, que, aunque va al precipicio en Nuevo León, se sacó la lotería en MC y sin comprar boleto, como alguien que nació en cuna de seda y por lo mismo se encuentra en el partido correcto, en donde son pocos los personajes que pueden pensar como el mismísimo dirigente nacional, qué en el mundo de los ciegos, como dicen “el tuerto es rey”.
Los analistas creen que en el fondo el político veracruzano, que anhela ganar la gubernatura en el 2024, bajo el agua se mantiene firme en su antigua amistad con AMLO, porque en las decisiones legislativas sus correligionarios van con Morena a la cargada, al viejo estilo del PRI y por lo mismo no da su brazo a torcer, aunque eleve su voz y le escriba cartas al presidente, que como diría Manuel Alejandro en la canción que hizo famosa, Julio Iglesias, “a veces llegan cartas con sabor amargo”. Así las cosas.