Veracruz | 2021-02-20 | Vicente Bello
La aprobación, en comisiones, de la Ley de la Industria Eléctrica, tuvo ayer la virtud de provocar un gran enojo a las compañías extranjeras, y a los diputados que defienden sus intereses en el Congreso: los del PRI y PAN.
El Partido Acción Nacional habló en voz de dos legisladores:
Justino Arriaga Rojas: “Al gobierno de Andrés Manuel López Obrador no le interesa el medio ambiente, cuando en México la contaminación avanza y se sigue con graves problemas de salud. Ejemplo de ello son los efectos generados a la población de la termoeléctrica en Salamanca, Guanajuato”.
María de los Ángeles Ayala Díaz dijo: “Si se corre el nuevo modelo en los despachos, en los resultados habrá un incremento en los costos de abastecimiento del suministro básico por más de 15 millones de dólares en el periodo del 2022 al 2026, lo que implicará un promedio de 63 mil 300 millones de pesos por año. Las energías renovables no son un cambio a futuro o un experimento, sino una realidad”.
Dos diputados del PRI se distinguieron por su acidez:
Soraya Pérez Munguía dijo: “Se ha estado retomando el tema de certificados de energía limpia y la posibilidad de quitar la fecha para que las hidroeléctricas de CFE se contemplen, pero esto va en sentido contrario a una práctica que es internacionalmente aceptada”.
Enrique Ochoa Reza: “Se debe tener una soberanía de gas y regular mejor el fracking para que se pueda extraer gas natural en México en lugar de importarlo de Texas. O encontramos la manera de emular las mejores prácticas en materia ecológica para incorporar el fracking como técnica en México o lamentablemente no va a haber la capacidad de ser autosuficiente en gas natural, porque no se extrae más gas natural por decreto, se tiene que extraer en la realidad”.
Julio César Ángeles Mendoza, de Morena, dijo: “Ha comenzado la caída de una parte de la mal llamada reforma energética. Este debate también tiene que ver con defensa ideológica y de intereses del pueblo de México, porque ningún mexicano ha visto un beneficio, y hoy vamos a defender esta iniciativa”.
La también morenista Raquel Bonilla Herrera: “De lo que no habla la oposición es de la especulación de precios, aquí está la farsa, es aquí es donde no se habla de esta simulación de precios en un mercado que favorece la especulación, el dumping, los subsidios otorgados a participantes privados. Con esta iniciativa se busca piso parejo y se quiere terminar con años de saqueo”.
Llegó el turno de un legislador que la oposición no quiere ni en pintura: el petista Gerardo Fernández Noroña, quien les dijo: “Hoy no les está yendo nada bien. Clavillazo (Enrique Ochoa Reza, priísta, director de la CFE en el sexenio de Enrique Peña Nieto) está más que desesperado. Diríase que enloquecido”.
El petista Fernández Noroña siguió: “Es necesario terminar con los subsidios que lastiman las finanzas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y lograr la autosuficiencia energética, pues se trata de un asunto de seguridad nacional”.
Y añadía: “Estamos importando el 78 por ciento de la gasolina. ¿Qué pasaría si nos sucediera lo mismo que pasó con el gas? Pararían el país. Estamos importando el 48 por ciento de los alimentos. ¿Qué pasaría si nos dejan de abastecer?”
Y latigueaba con gran rigor esa alma vacía y podrida de la que han hecho gala priístas y panistas hoy y ayer: “Nos han puesto en una situación de dependencia y de debilidad monstruosa”.
Fernández Noroña continuó: “La iniciativa preferente presentada por el titular del Ejecutivo Federal busca concretar la libre competencia, al mantener el 55 por ciento del mercado que tiene la CFE y el 45 por ciento de las compañías extranjeras, pero sin seguirlos subsidiando.
“412 mil millones de pesos ha perdido la CFE por mantener estas plantas parásitas, que ya tienen la fuerza suficiente para crecer por sí mismas para competir en condiciones de igualdad”.
Era terriblemente inaudito escuchar al PRI y PAN defender a ultranza, a huevo, a las compañías extranjeras, como si los priístas y panistas no los hubiera parido una mexicana. A ellos, fundamentalmente, Fernández Noroña les decía: “No es creíble la repentina preocupación de la oposición respecto a preservar el medio ambiente, cuando históricamente lo han hecho pedazos”.
Y restallaba el petista otra vez el lomo encallecido y cínico de los legisladores de esos dos partidos tristemente históricos: “Tiene que ver con los procesos de industrialización de cada país. ¿Quién contamina más? China, 26.8 por ciento; Estados Unidos, 13; la Unión Europea, 9; India, 7; Rusia, 4… México, 1.8 por ciento”.
Y fue entonces cuando Gerardo se soltaba fuertemente el pelo, diciendo: “Esta iniciativa que presentó el compañero presidente de la República tiene como propósito claro que la Comisión Federal de Electricidad se defienda de las plantas trepadoras, parásitas y saqueadoras que las empresas privadas tienen para lucrar con la capacidad instalada del Estado”.
Qué duro ha de ser para los panistas defender intereses extranjeros, a pesar de que para eso nacieron como partido político en 1939. Igual que entonces, cuando se oponían a la nacionalización petrolera, ahora seguían dando de puñaladas traperas al país. Empobrecida hasta las cachas su argumentación, sólo acertaban a sacar elpetate del muerto, pretendiendo asustar diciendo que la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica “tendrá efectos devastadores para el presente y futuro del país”…
El martes próximo, el Pleno estaría aprobándola definitivamente. Morena, PT y PES hacen la mayoría en San Lázaro.