El cómputo judicial que se le escapó al OPLE

NOTA AL MARGEN

Veracruz | 2025-06-14

La elección judicial en Veracruz, celebrada el 1 de junio, prometía ser un ejercicio inédito de democracia directa para renovar 98 cargos del Poder Judicial. Sin embargo, el proceso se ha convertido en un fiasco que pone en entredicho la capacidad del Organismo Público Local Electoral (OPLE) para garantizar certeza en un momento crucial.

El colapso del sistema informático diseñado para el cómputo de millones de boletas y la decisión de contarlas fuera de los plazos fijados, reflejan una improvisación que no solo genera desconfianza, sino que evidencia una alarmante falta de previsión.

El sistema de cómputo, a cargo de la Unidad Técnica de Servicios Informáticos del OPLE, falló estrepitosamente apenas una hora y media después de iniciado el conteo. Inconsistencias como una participación inflada, votos nulos desproporcionados y cifras que catapultaban a ciertas candidaturas a niveles inverosímiles —como Rosalba Hernández, quien en minutos sumó más votos que ministras de la Suprema Corte en todo el estado— obligaron a suspender la plataforma digital.

La solución del OPLE: volver al conteo manual, un método que, aunque busca rescatar la credibilidad, expone la fragilidad de una institución rebasada por la magnitud del proceso.

La presidenta del OPLE, Marisol Delgadillo, ha insistido en que las fallas no comprometen la validez de los sufragios, pero sus palabras no disipan las dudas. ¿Cómo es posible que un sistema diseñado específicamente para esta elección, con un presupuesto de 345 mil pesos asignado a bienes informáticos, colapsara tan rápido?

¿Por qué no se anticiparon las "intermitencias" ante un alto volumen de consultas, algo previsible en un proceso de esta envergadura? La respuesta apunta a una mezcla de insuficiencia presupuestal —el OPLE operó con recursos limitados y una deuda de 30 millones— y una planeación deficiente.

La negativa del Congreso local a incrementar el presupuesto, pese a la reforma que habilitó esta elección, y la falta de apoyo técnico del INE, dejaron al OPLE en una posición vulnerable.

El conteo manual bajo jornadas extenuantes de 16 horas, intentará rescatar un proceso ya empañado por la confusión y las suspicacias. Candidaturas que sumaron votos de manera anómala en las primeras horas del cómputo han alimentado especulaciones, y la ausencia de un sistema confiable para transparentar los resultados preliminares ha dado pie a narrativas de "tendencias irreversibles" que poco abonan a la legitimidad del proceso. La auditoría anunciada a la Unidad Técnica de Servicios Informáticos es un paso necesario, pero llega tarde y no resuelve el daño inmediato: la percepción de un organismo electoral desbordado.

La elección judicial era una oportunidad para fortalecer la confianza en la justicia veracruzana, pero el OPLE ha tropezado en un aspecto elemental: garantizar un cómputo eficiente y transparente.

Este traspié no solo retrasa la renovación del Poder Judicial, sino que siembra dudas sobre la capacidad de las instituciones locales para enfrentar retos democráticos de gran calado. La lección es clara: sin recursos suficientes, planeación rigurosa y sistemas robustos, la democracia se tambalea. Veracruz merece más que un conteo manual de emergencia para decidir quién impartirá justicia.

X: @VictorToriz

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