Veracruz | 2024-02-08
Todo parece indicar que el candidato a la diputación federal por el PAN en Córdoba será el expanista Juan Bueno Torio, quien tiene la bendición de Xóchitl Gálvez, ya que es su amigo desde que compartieron espacio en el gabinete foxista.
El exdirector de Pemex no se había encartado para participar en las elecciones de este año, pero tampoco se había descartado. Su nominación llegaría después de que el PRI no pudo convencer al otro expanista, Gerardo Buganza, exsecretario de Gobierno y extitular de la SIOP con Javier Duarte de Ochoa.
En términos generales son el mismo perfil, ambos viejos lobos de mar y ambos tuvieron una añoranza por llegar a la gubernatura, que fue frenada desde el propio partido en el que militaban por el Clan Yunes.
Pero a Buganza lo perseguía el fantasma de Javier Duarte y por eso puede que no haya querido, mientras Juan Bueno, se dice, ya hasta piensa en la alcaldía de su natal Córdoba. Sea como sea, solo cambiaron al santo por el bueno.
Sara Ladrón de Guevara, exrectora de la Universidad Veracruzana es la carta que busca el PRD sumar para las elecciones del próximo 2 de junio del 2024.
A la doctora el Sol Azteca le ofrece la candidura a la segunda fórmula por el Senado de la República, apostando por un perfil “ciudadano”, pues independientemente de sus filias o fobias políticas, la exrectora no ha militado en ningún partido político.
La desventaja es que si llegara a aceptar, no tiene garantizado nada y es complicado pensar que pueda llegar a la Cámara Alta, pues según la fotografía tomada por las encuestas en este momento, Morena va a arrasar con las dos fórmulas al Senado y la segunda minoría estaría entre la alianza del PAN-PRI-PRD y Movimiento Ciudadano.
Es decir, quienes están en la competencia es el junior de Dante Delgado y los juniors de Miguel Ángel Yunes Linares, dos exgobernadores de Veracruz, mientras que las segundas fórmulas en ambos frentes están condenados a quedarse en el camino y solo servirán para sumar votos.
La reciente postulación de Dante Delgado Morales, hijo del líder político Dante Delgado Rannauro, para ocupar la primera fórmula al Senado por parte de Movimiento Ciudadano, arroja luz sobre una realidad incómoda en la política mexicana: la prevalencia de la conveniencia personal sobre los principios democráticos.
El hecho de que un individuo que podría ser desconocido para la mayoría de la población sea catapultado a una posición privilegiada en la contienda electoral plantea serias interrogantes sobre la transparencia y la equidad en el proceso político. ¿Cuál es la base de su postulación? ¿Sus méritos propios o su apellido? ¿Se están respetando los principios de representatividad y pluralismo que son fundamentales para la democracia?
Esta situación no solo socava la credibilidad de las instituciones políticas, sino que también perpetúa la percepción de que la política es un juego de intereses familiares y de élites, en lugar de ser un espacio de servicio público dedicado al bienestar de la sociedad en su conjunto.
Es imperativo que los partidos políticos revisen sus prácticas internas y promuevan una cultura de transparencia, inclusión y rendición de cuentas. Las postulaciones basadas en el mérito y la capacidad, en lugar de los vínculos familiares o las lealtades políticas, son esenciales para garantizar la legitimidad y la representatividad de los representantes electos.
Cabe recordar que Movimiento Ciudadano defendió la gestión municipal de Hipólito Deschamps Espino Barros, aun cuando los ciudadanos quedaron inconformes con su labor.