Veracruz | 2021-01-24 | Enrique Haro Belchez
“La educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo”. Nelson Mandela.
El próximo 26 de enero se celebra el Día Mundial de la Educación Ambiental, que tiene como principal objetivo identificar la problemática ambiental tanto a nivel global como a nivel local y crear conciencia en las personas y en los gobiernos en cuanto a la necesidad de participar para conservar y proteger el medio ambiente.
Esta fecha tuvo su origen a partir de la Declaración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente celebrada en Estocolmo, Suecia, en junio de 1972. En este encuentro se debatió la importancia de cuidar el medio ambiente y se expuso la necesidad de unos principios comunes que ofrecieran a la sociedad una inspiración y guía para preservar y mejorar nuestro entorno. Las posteriores conferencias internacionales (Belgrado, 1975; Tbilisi, 1977; Río de Janeiro 1992, Cumbre de la Tierra; Guadalajara 1997, II Congreso Iberoamericano de Educación Ambiental) vendrían a corroborar la importancia de la educación.
Los principales objetivos de la Educación Ambiental son: conciencia, sensibilidad del medio ambiente en general y de los problemas conexos; conocimiento, de la presencia y función de la humanidad en la naturaleza, lo que entraña una responsabilidad crítica; actitud, adquirir valores sociales y un profundo interés que impulse a participar activamente en su protección y mejoramiento; aptitud, para resolver los problemas ambientales y participación, para desarrollar un sentido de responsabilidad para adoptar medidas adecuadas al respecto.
Por lo que el propósito fundamental de la educación ambiental es lograr que tanto los individuos como las colectividades comprendan la naturaleza compleja del medio ambiente y adquieran los conocimientos, los valores y las habilidades prácticas para participar responsable y eficazmente en la prevención y solución de los problemas ambientales y en la gestión de la calidad del medio ambiente.
La educación ambiental así entendida puede y debe ser un factor estratégico que incida en el modelo de desarrollo establecido para reorientarlo hacia la sostenibilidad y la equidad.
La educación ambiental resulta clave para comprender las relaciones existentes entre los sistemas naturales y sociales, así como para conseguir una percepción más clara de la importancia de los factores socioculturales de los problemas ambientales.
Las sociedades, gobiernos, padres, maestros, familias, empresas, organizaciones y toda la humanidad tienen la responsabilidad de fomentar y promover una educación por una cultura ambiental para lograr un desarrollo sostenible de las presentes y futuras generaciones.
Por lo tanto, la educación ambiental, más que limitarse a un aspecto concreto del proceso educativo, debe convertirse en una base privilegiada para elaborar un nuevo estilo para toda la vida. Ha de ser una práctica educativa abierta a la vida social para que los miembros de la sociedad participen, según sus posibilidades, en la tarea compleja y solidaria de mejorar las relaciones entre la humanidad y su medio, debe generar con urgencia cambios en la calidad de vida y mayor conciencia en la conducta personal, así como armonía entre los seres humanos y de éstos con otras formas de vida.
#CambiaUnaAcciónCambiaTodo.