Veracruz | 2021-04-24 | Armando Guerra
Más allá de su oriundez, no deja de existir cierto aire de sospecha en ese continuo hacerse presente en medios digitales y espacios públicos de Veracruz del consejero general del INE, José Roberto Ruiz Saldaña. ¿Qué tanto le importa a un consejero del INE su estado natal si no es con miras a una vez dejado el cargo buscar hacerse notorio en la vida pública estatal y por ahí buscar algo? En fin, días de desconfiar de todo. Hasta de la propia sombra proyectada en la pared.
Las filas eran largas y el sol pasó de clemente a inclemente o a nublado en las jornadas de vacunación docente en Boca del Río, Veracruz, específicamente en el WTC, que lo mismo sirve para un barrido que para un regado. Esta vez sirvió para albergar a profesores de diversos municipios que desde temprano llegaron al lugar y cual colegiales se formaron para recibir su dosis de Cansino –que en algunas sedes se agotó—y la de Pfizer que, como se sabe, son dos dosis. El gobernador de Veracruz y el titular de la cartera de educación aseguraron al mediodía del viernes 23 de abril que 197,430 trabajadores de la educación serán vacunados.
Todo indica que el registro civil, la institución que a partir de las leyes de reforma fundara el nunca bien ponderado Benito Juárez se está llevando el gato al agua en estos días pandémicos donde la gente –¡aunque usted no lo crea! — no tiene prisa por asentar nuevos nacimientos, obtener actas de defunción –que casi no tienen demanda por estos días— o cometer divorciricidio, diría Tres Patines ante el juez de la única y risible, más no suprema pero si Tremenda Corte.
Lo que la gente quiere es casarse, sí, casarse, y en consecuencia, dicen los que saben, los costos son VIP. La invitada de honor y testigo estrella de todo bodorrio es la querida Susana Distancia –ajá—que asiste acompañada de don KN, don gel y don oxímetro. El pago por evento, dicen, alcanza los 6700 pesos y se celebra a domicilio. Dónde se consume ya es otro boleto –nada de que como en el póker se pague por ver— y se trata de información reservada por los contrayentes, más o menos como los planos de Santa Lucía o las licitaciones del segundo piso en la ciudad de México.
Porque no estará usted pensando lector, lectora, lectere, que todo tiene que ver con que las campañas para alcaldes ya inician, y que hay que hacer mil y un erogaciones; ¡no, no, no, no, no, decía el Loco Valdés!, o que el mítico dicho advierte que no pierde el candidato, pierde su antecesor y más si es de su misma cuadra, como se estila decir entre los manejadores de tropos boxísticos. Así, que ya saben, a darle al bailongo en el bodorrio –si es su deseo, claro—y a depositar su óbolo en las arcas municipales, y como decía el Casamentero Mayor, ¡que la luna de miel sea eternaaaa! ¡Ahreee!
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