| 2024-11-26
Cada 25 de noviembre, el mundo se une para conmemorar el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, una fecha que nos invita a reflexionar sobre una problemática que persiste a nivel global y concretamente en países como México. Este día no solo busca visibilizar las múltiples formas de violencia que enfrentan las mujeres, sino también fomentar acciones y políticas efectivas para erradicar este flagelo que vulnera los derechos humanos fundamentales.
En México, la violencia contra la mujer constituye una crisis incesante que demanda atención prioritaria tanto a nivel social como gubernamental. Las cifras son alarmantes y reflejan la urgencia de adoptar medidas contundentes. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2020, se registraron aproximadamente 10 feminicidios al día, una cifra que evidencia la gravedad de esta violencia extrema. Aunque las cifras pueden fluctuar, la realidad es que los casos de feminicidios representan uno de los mayores desafíos en la lucha por la igualdad de género y el respeto a los derechos humanos.
Además de los feminicidios, la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) señala que el 66.1% de las mujeres mayores de 15 años han experimentado al menos un incidente de violencia a lo largo de su vida. Esta violencia se manifiesta de diversas formas, desde física y sexual, hasta emocional y económica, perpetuando un ciclo de abuso y discriminación que se necesita cortar de raíz.
La violencia contra las mujeres trasciende el ámbito doméstico, impactando en su acceso a la educación, al trabajo y a una vida libre de miedo y coacción. La pandemia de COVID-19 exacerbó esta problemática, confinando a muchas mujeres con sus agresores y dificultando el acceso a los servicios de apoyo y denuncia. Las cifras reveladas por la Línea de Emergencia 911 muestran un incremento en las llamadas relacionadas con incidentes de violencia de género, principalmente durante los periodos de confinamiento.
A pesar de los esfuerzos legislativos y de políticas públicas implementadas en el país, persiste una brecha significativa entre las medidas escritas y su aplicación efectiva. La implementación de programas de sensibilización, el fortalecimiento de los sistemas judiciales y la creación de refugios son pasos cruciales, pero aún insuficientes sin un compromiso real y sostenido por parte de todos los sectores de la sociedad.
Es fundamental que este día no solo sirva para denunciar la problemática, sino también para promover un cambio cultural que transforme las estructuras y comportamientos que perpetúan la desigualdad y violencia de género. La educación en derechos humanos desde edades tempranas, el empoderamiento económico y social de las mujeres y la participación activa de los hombres en la erradicación de la violencia son elementos esenciales en esta lucha.
Con la mirada puesta en el futuro, el compromiso y la conciencia colectiva son herramientas poderosas para construir una sociedad más justa e igualitaria. En este Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, recordemos que cada esfuerzo cuenta para asegurar que los derechos de las mujeres sean, no solo reconocidos, sino también garantizados y protegidos, dentro y fuera de México.