Veracruz | 2021-03-09 | Luis Alberto Romero
El gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García, se refirió el pasado viernes a la relación entre la delincuencia y las campañas políticas en la entidad.
En conferencia de prensa, el ejecutivo estatal habló del financiamiento a las campañas por parte de grupos delincuenciales, que aportan recursos a partidos o candidatos a cambio de cargos o, incluso, del control de las corporaciones policiales.
Las bandas delictivas, dijo García Jiménez, “que se tratan de insertar en las estructuras municipales generalmente financian campañas, ofrecen financiar a un candidato la campaña a cambio de que les dé al director de la Policía, a la dirección de Obras y cuando van muy encarrerados y comprometieron al candidato demasiado, la Tesorería. Y si son muy descarados, postulan al candidato”.
El tema no es nuevo; al contrario, el riesgo de que la delincuencia financie campañas ha estado presente en la política mexicana desde hace décadas.
De forma reciente, por ejemplo, Santiago Nieto Castillo, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, señaló que “hay riesgos de delincuencia organizada introduciendo recursos ilícitos en las campañas electorales, particularmente en el ámbito local, acciones de peculado electoral en condicionamiento de programas sociales y el riesgo de que empresas fachada sean utilizadas para sustraer recursos del erario e introducirlas a campañas electorales”, apuntó.
Las palabras del ejecutivo veracruzano, en ese contexto, cobran mayor sentido por el financiamiento de grupos delincuenciales en las campañas locales y por el probable financiamiento del hampa a los candidatos.
En Veracruz, un probable caso de esa relación entre la delincuencia y una campaña política se ha convertido en motivo de escándalo: en Alvarado trascendió la captura de la directora de Desarrollo Social del Ayuntamiento que encabeza Bogar Ruiz, Maryant “N”, quien habría intentado abordar un avión en el aeropuerto Heriberto Jara Corona portando un arma de fuego.
En ese municipio, a la mujer se le ubica como muy cercana al alcalde del lugar; de hecho, si no fuera así, no ocuparía un espacio tan relevante en la estructura municipal.
Se le ubica, además, como operadora y coordinadora de la campaña de la candidata del partido Verde Ecologista –aliado de Morena– a la presidencia municipal, Lizet Álvarez Vera.
Por ello, su captura en el aeropuerto de Veracruz no pasó inadvertida, sobre todo porque la mujer integraría la planilla de Morena-PVEM-PT como probable candidata a una regiduría.
En ese lugar, por cierto, ha corrido la especie en el sentido de que la mujer detenida en portación de un arma de fuego también pretendía abordar el avión con alguna sustancia prohibida, pero ello no ha sido confirmado o desmentido por la autoridad.
Ante el hecho, incapaz de articular un argumento o una explicación, el gobierno local de Alvarado ha guardado silencio; sin embargo, tampoco ha sido necesario un pronunciamiento; en el lugar la gente conoce perfectamente las características de la administración de Bogar Ruiz; y saben de los vínculos y los compromisos entre el alcalde y su operadora política, presuntamente vinculada a un prominente empresario poblano que habría financiado campañas políticas a cambio de contratos de obras y posiciones.
Por supuesto, haber sido capturada portando un arma no convierte a la funcionaria de Alvarado en integrante de la delincuencia organizada que financia campañas políticas en Veracruz; sin embargo, sí deja muy mal parada a la actual administración municipal y a la propia operadora del Verde-Morena, porque a fin de cuentas, ¿qué clase de persona pasea por la vida con un arma de fuego?
Lo cierto es que ese hecho resultó útil para dar la razón al ejecutivo veracruzano, quien ha sido enfático al alertar sobre la penetración de delincuentes en la actividad política en la entidad.
@luisromero85