Veracruz | 2022-07-08
No tiene ninguna explicación que justifique el odio de ciertos comunicadores, ninguno de ellos egresado de alguna universidad donde hayan cursado la carrera de las Ciencias de la Comunicación para ensañarse con una construcción de una refinería, se podía medio entender que algunos que no fueron invitados a la realización de esta obra estuvieran molestos, pero los comunicólogos que se han convertido en especialistas sobre costos y en expertos sobre construcciones y la valoración de una obra necesaria para lograr la autosuficiencia energética, no tiene ninguna justificación sobre la ética informativa que debe imperar en una nota o reportaje de manera objetiva para redactar lo que han hecho estos personajes, a los que no me atrevo a decir que son periodistas.
El calificativo de estos supuestos informadores es la animadversión enfermiza y, del rencor que le tienen al presidente de México, que ocupa el segundo lugar mundial entre los mejores mandatarios de todos los países.
Son verdaderos empresarios en el manejo de un particular resentimiento hacia un funcionario que nunca lo han tratado de manera personal, es decir que ni siquiera lo conocen y que nunca lo podrán acusar de ser deshonesto.
El presidente es diferente a las ratas presidenciales de los recursos públicos del pueblo es lo que más molesta al grado de la irritación para inventar notas que carecen de alguna fuente acreditada.
El conciliador de César Yáñez
Desde el asesinato de los padres jesuitas las relaciones entre el gobierno Federal y la Iglesia católica se han enfriado y se requiere establecer que se reúnan las partes en conflicto para restablecer los contactos necesarios para evitar los malos entendidos.
El presidente López Obrador se lo encargó a la persona que mejor lo conoce, su fiel escudero de varias décadas, el licenciado en Comunicación de la UAM, César Yáñez.
Ese será su debut como subsecretario de Gobernación, ya tuvieron los primeros acercamientos y por lo pronto las dos partes llegaron a un acuerdo de combatir al enemigo común que es la delincuencia organizada.
Todo les molesta a los opositores
La buena relación que tiene el presidente de México con el embajador de los Estados Unidos ha causado ciertas molestias a periodistas del New York Times que reciben información de grupos políticos de oposición de México y también de articulistas como Leo Zuckermann quien afirma que con esta actitud al diplomático estadunidense Ken Salazar, lo van regresar a vivir a su estado de Colorado y que se olvide de seguir disfrutando de sus oficinas en el Paseo de la Reforma en el corazón de la Ciudad de México.
En que mentalidad puede concebir que Ken Salazar se convierta en un enemigo para México del país más poderoso de la Tierra.
Se olvida que el diplomático norteamericano tiene raíces mexicanas y al igual que muchos mexicanos fueron anexados sin su consentimiento en el 1847 donde le entregaron más de la mitad del territorio nacional. El ejemplo lo dio la gente que vivía en Laredo Texas que crearon la ciudad de Nuevo Laredo, en el estado de Tamaulipas.
Cuando se pierde la objetividad en la información y sobresalen los intereses personales del que escribe para el lector común y corriente deja de leerlo, porque no está apegado a la verdad. Su línea editorial será siempre la misma.