Contrasentidos

Veracruz | 2020-03-07 | Francisco J. Ávila Camberos

México vive  actualmente momentos difíciles por el bajo crecimiento económico, el escaso nivel de inversión, el uso ineficaz del  gasto público, la raquítica generación de empleos y sobre todo la polarización social que está llevando a distintos sectores de la población a un enfrentamiento constante.

Esto último  se observa simplemente revisando las redes sociales y constatando la agresividad y descalificaciones que utilizan quienes están a favor o en contra de las políticas públicas implementadas por la actual administración.

Un pueblo dividido no llega a ninguna parte, porque estando enfrentados todos se estanca el país o retrocede.

La violencia generalizada que padecemos y que se traduce en un número incontable de asesinatos, asaltos y secuestros, contribuye a ahondar más el enojo social y los reproches hacia las autoridades, quienes de plano se ven rebasadas ante la situación que se vive.

Para  desgracia nuestra, las cifras que se manejan  indican que hasta ahora las políticas públicas que intentan reducir los niveles de violencia, no están logrando su cometido, porque falta capacidad, recursos y estrategia en la prevención y en el combate al delito.

La falta de aplicación de la Ley, junto con la impunidad reinante en México son dos  problemas que el gobierno debe atender de manera urgente y prioritaria.

La comunidad también tiene que hacer su parte. Deben las familias de volver a los valores y respetar el derecho ajeno.

Porque resulta muy grave que sin ninguna consecuencia surjan en el país grupos azuzados por terceros  que agredan a la policía,  quemen patrullas, bloqueen carreteras y vías férreas, saqueen impunemente la mercancía de camiones accidentados e invadan terrenos ajenos  entre otros muchos delitos.

Por eso considero que resulta absurdo y bastante cómodo echarle al gobierno la culpa de todos nuestros males, sin reconocer que tanto autoridades como ciudadanos debemos cambiar para mejorar juntos a nuestra comunidad.

De lo contrario podrá haber más marchas y protestas, pero no  resolverán nada de fondo.

Los ladrones, los asesinos y los secuestradores no nacieron siendo malos. Se volvieron delincuentes cuando de pequeños no fueron educados en valores en sus hogares para ser personas de bien. Cuando en sus casas no recibieron buen ejemplo de sus padres y cuando fueron descuidados o abandonados por ellos.

Aunque hay excepciones, difícilmente un niño se convierte en delincuente si en su casa recibió buenos consejos y sobre todo buenos ejemplos.

Si queremos que las cosas cambien para mejorar a nuestra comunidad, hace falta una acción conjunta de autoridades y sociedad para recomponer lo  que por nuestra apatía y falta de compromiso echamos a perder entre todos.

El pretender que el gobierno cambie sin cambiar nosotros, hará que sigamos igual o peor. Recordemos que el gobierno es un fiel reflejo de lo que es la sociedad.

Si nos quejamos de los gobernantes, no debemos olvidar que son producto de la cultura mexicana, ni de que ellos fueron electos por la mayoría de los ciudadanos. Hay una corresponsabilidad social en esto. Unos electores votaron por ellos con el hígado, otros convencidos de que estaban capacitados para gobernar bien. Otros más permitieron que llegaran porque simplemente no fueron a votar. Con su ausencia facilitaron el camino de quienes ahora son duramente criticados.

Si queremos que las cosas cambien, ahí vienen las elecciones del 2021. Aprovechemos la oportunidad que la democracia nos presenta para crear de manera pacífica y civilizada los equilibrios y contrapesos tan necesarios en cualquier país.

Para finalizar, quiero comentarles que el paro anunciado de mujeres para el próximo lunes, estará más enfocado al protagonismo político de sus organizadores que a resolver realmente el fondo de nuestros problemas. Si pedimos que cambie  de actitud el gobierno, también debemos de cambiar los ciudadanos. De lo contrario, las cosas  empeorarán, porque México está al borde de la recesión económica y si se paraliza el país, se perderán alrededor de 25 mil millones de pesos; lo que agravará más nuestra situación.

Por cierto, tan solo el año pasado fueron asesinadas 38 mil personas en todo el país. Un 88% varones y un 12% mujeres.

Toda muerte violenta de un ser humano, es algo terrible, lamentable y además condenable. Los responsables de esas muertes deberían estar encarcelados pagando penas severas por sus delitos.

Sin embargo, en nuestro país se practican anualmente alrededor de 200,000 abortos. Esto implica la muerte de casi 100,000 NIÑAS o más y muy pocos alzan la voz para criticar tales hechos.

¿Quiénes protestan por esto?. Muy pocos. Los que llegan a hacerlo, rápidamente son satanizados por los grupos feministas más radicales.

Lo menciono para que nos demos cuenta de la enorme manipulación de que somos objeto.

Quiero decirles además que las protestas  más violentas contra los feminicidios son las de las mujeres pro abortistas. Sí, las del pañuelo verde, de quienes se dice que están junto con otros grupos promoviendo el paro del lunes próximo.

Absurdo. ¿Por qué no protestan por los asesinatos de las niñas no nacidas?.

¿Será porque no votan?

¿No les parece a Ustedes?

Muchas gracias y buen fin de semana.

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