Conectividad ecológica: Puente a la conservación

Agenda ambiental

Veracruz | 2020-04-11 | Enrique Haro Belchez

Los procesos de degradación ecológica del territorio se han visto acelerados e intensificados drásticamente en las últimas décadas, como consecuencia, entre otras cuestiones, a los rápidos y severos cambios en los usos del suelo asociados al aumento de la población humana, la sobreexplotación de los recursos naturales y el desarrollo tecnológico.

En este sentido, la excesiva destrucción y fragmentación de hábitats en la superficie terrestre se perfila actualmente como una de las principales causas de pérdida de biodiversidad silvestre, actuando de manera sinérgica con otros factores como la contaminación del medio o la presión directa sobre especies con poblaciones reducidas.

En este contexto, hoy más que nunca, existe la necesidad de entender los ecosistemas y los procesos ecológicos de forma integrada, para poder así dirigir objetivamente los procesos de conservación, a través del análisis de la conectividad desde una perspectiva territorial integrada de paisaje.

La conectividad del paisaje es crucial para muchos procesos ecológicos, incluidos la dispersión, el flujo de genes, el rescate y el movimiento de especies, la adaptación local y el riesgo de extinción de organismos, pero no se limita al ámbito terrestre, ya que la conectividad del ecosistema se extiende más allá de las costas continentales hacia los paisajes marinos y los océanos.

Si bien las áreas naturales protegidas, de carácter federal, estatal o municipal, así como otras categorías de protección como los sitios Ramsar y las áreas destinadas voluntariamente a la conservación, son el foco principal de la preservación, la conectividad de ecosistemas y el  mantenimiento de los servicios ambientales, estas no han sido suficientes ante la amenaza de la modificación del uso de la tierra de sus alrededores.

La conectividad entre los sistemas naturales aumenta la capacidad de respuesta y, por tanto, la resiliencia. Las iniciativas para promover la conectividad del paisaje ofrecen esperanzas, pero se necesita mucha más visión en la planificación para reconectar parches de hábitat o proteger la conectividad existente.

Esto es vital para preservar la biodiversidad y conservar los ecosistemas interconectados de los que todos dependemos. Los esfuerzos nacionales requieren una expansión a nivel internacional, ya que los ecosistemas no están limitados por las fronteras de los países.

El ser humano depende de la biodiversidad y de servicios ecosistémicos como la polinización de los cultivos por las abejas y otros insectos. Sin embargo, el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la fragmentación de hábitats inducidos por la acción del hombre ponen en riesgo la diversidad y la funcionalidad de los ecosistemas.

Ante este nuevo reto al que se enfrenta la ordenación territorial en su conjunto, se puede concluir que resulta primordial la construcción de puentes hacia la conservación, fomentando la promoción de la información y sensibilización sobre la conectividad ecológica, involucrando a los distintos sectores con intereses en el territorio (agricultores, ganaderos, empresarios, ONGs, etc.) y la incorporación e integración de criterios específicos de prevención y corrección de los fenómenos de fragmentación y pérdida de conectividad ecológica del paisaje en las políticas, instrumentos y procesos de toma de decisiones referidos a la planificación y gestión territorial.

Entendamos que, sin la biodiversidad y su correcto funcionamiento, no somos nada.

#CambiaUnaAccionCambiaTodo

.
.