Veracruz | 2020-06-25 | Raúl López Gómez
Después de lo insospechado desde el inicio del año con una pandemia nunca antes vivida y sufrida, después de que el mundo entró en pausa, ahora se comienzan a reactivar muchas cosas de los seres humanos del planeta y al parecer con un nuevo sentimiento y pensamiento de preservar y cambiar hábitos, costumbres, pero sobre todo ver hacia adelante con responsabilidad por las actuales y futuras generaciones.
Dejar de lastimar al planeta, y a todos los seres vivos, a los ecosistemas, comenzar por un cambio de aceptación de las malas conductas y malas posturas para dar paso a una transformación en todo que ayude a seguir con mejores niveles de vida para todos, sin excepción.
La pandemia fue el acicate para que el mundo se diera cuenta de los malos procedimientos, las malas conductas y sobre todo las posturas que van en contra del propio ser humano y de todos los seres vivos del planeta.
Con un mundo que entró en pausa, todos los seres humanos que intentan dirigir las vidas de los demás, políticos y empresarios, encontraron un rechazo a posturas que van en contra del progreso, desarrollo y conservación de la vida en todos los sentidos.
Los que se creen poderosos dueños del dinero, encontraron que sin el ser humano no hay movilidad, no hay ganancias económicas.
Ahora, se debe partir en primer lugar a que el ser humano se le considere como el elemento clave del universo, porque los políticos y empresarios perdieron el rumbo, al no pensar primero en el hombre, y con posturas aberrantes se puede ver que, desde la ingeniería, arquitectura y el propio derecho, al ser pensante custodio del planeta de le ve como un artículo de segunda clase, sí secundario.
Las posturas de que primero es el artefacto y no el hombre, se deben cambiar, y más en México en donde desde quienes dirigen las obras civiles, en lugar de pensar en el hombre, se piensa en el paso de vehículos y donde deben ir los aparatos, en lugar pensar que el ser humano pueda caminar, transitar con seguridad y comodidad.
El ejemplo es fácil y sencillo, cuantas banquetas de uso peatonal, están canceladas por en medio se pudo un poste de luz o de un aviso publicitario, y las personas deben bajar al arroyo vehicular para poder seguir en su camino.
Centros comerciales, no hay un modesto servicio de enfermería para, aunque sea tomar presión y glucosa “gratis” a la gente que lo requiera por urgencia al padecer diabetes e hipertensión los males que más muertes causan. Nada. Incluso a los automóviles se les deja un espacio de estacionamiento y que hasta se tiene que pagar.
Son muchos casos en donde se requiere el sentido común de los legisladores, en su mayoría personas ignorantes y que con falta de visión llegan a ocupar un lugar sólo para cobrar un sueldo elevado, y así en muchos cargos de elección popular.
Las dependencias públicas destinadas a “sangrar” a la gente con los moches, mordidas y todo tipo de hechos de corrupción en donde el ciudadano es el culpable y se pierde de entrada cualquier posibilidad de defensa jurídica en la calle que se convierte en la peor selva agreste y salvaje.
La gente, en general está cansada de los servidores públicos corruptos, cínicos e ignorantes que llegan al cargo por méritos partidistas y hasta ahí, les cambia la manera de andar.
Desde los sectores públicos y cambiar, que se hagan validas todas las palabrerías incumplidas de valores, misión y visión que son simples carteles de buenas intenciones.
Dar un comienzo desde la educación con cambios positivos y dejar de simular en los modelos de aprendizaje improvisados, obsoletos y hasta inhumanos, cuando olvidan que el niño y el joven es el centro del objetivo al que muchas veces se maltrata y se les humilla hasta en las escuelas con altas cuotas.
Las autoridades de todos los ámbitos de gobierno, que cumplan con el principio de orden y legalidad, para que no se permitan los abusos de poder de grupos radicales y anarquistas que destruyen y causan daños a empresarios y a las infraestructuras públicas. Un alto a ese tipo de manifestaciones violentas y ancestrales, atávicas y primitivas.
Todo debe cambiar, pero el cambio comienza por el propio ser humano, decidido a iniciar en una nueva oportunidad de vida, cambiando los malos hábitos, y también vigilar que no se les falte a los derechos de los animales, que se les lastima desde el hogar, circos y parques, entre otros lugares.
La oportunidad de cambio y de inicio de una nueva vida, es parte del compromiso de todos, y no olvidar preservar y cuidar a niños y personas de la tercera edad, dos valores invaluables de la humanidad, en donde se conjunta la esperanza y la experiencia. Así las cosas.