Veracruz | 2022-06-24
El martes 14 de junio durante la madrugada, se reportó el hallazgo del cuerpo de una persona sobre la autopista La Tinaja-Cosoleacaque, cerca del puente “La Jimba”.
Se trataba de Agustín Sánchez, de 40 años y quien se desempeñaba como subgerente de Seguridad Física de Petróleos Mexicanos (Pemex), que fue privado de la libertad la noche del lunes anterior a su muerte.
Estos hechos ocurrieron sobre el camino de terracería que conduce a la localidad La Guadalupe, a la altura de la Estación de Bombeo No. 2 de Arroyo Claro, ahí un grupo de hombres armados a bordo de dos camionetas, le salieron al paso, los bajaron de su unidad junto con dos elementos de seguridad más, y tras golpearlos y desarmarlos se llevaron al jefe de seguridad.
Trascendió posteriormente que Sánchez Montiel era capitán en retiro del Ejército Mexicano. Desde el momento del plagio, fue desplegado un intenso operativo por la zona para tratar de dar con el paradero del mismo y de los criminales.
Cuatro días después se obtuvieron resultados y fue el pasado 17 de junio, en Chacaltianguis cuando en operación se logró también aprehender a Norberto N, alias Beto Piña, que operan en la Cuenca del Papaloapan.
El subsecretario de Seguridad Pública, Ricardo Mejía Berdeja, destacó este jueves en la mañanera, la detención de 9 integrantes de la banda delictiva conocida como Los Piñas y han sido puestos a disposición de las autoridades ministeriales a quienes aseguraron drogas, cartuchos, cargadores, 5 armas largas, motocicletas y una granada de mano.
La Secretaría de la Defensa Nacional, la Guarda Nacional y con el trabajo colaborativo de la Secretaría de Seguridad Pública, se logró neutralizar a los sujetos, donde murió el hermano y también cabecilla del grupo.
Los Piñas venían operando hace varios años y tenían asolada a la región. El hecho es que se actúa después de que un alto jefe de seguridad de Pemex pero además capitán del Ejército es ultimado.
Con ello se comprueba que las investigaciones y el operativo de las fuerzas de seguridad resulta exitoso en un caso de estos cuando se quiere dar con las células criminales, por eso llama la atención que si el mismo gobierno sabía de la existencia de este grupo, porque no buscar desmantelarlo y capturarlo con anterioridad.
¿Por qué esperar una agresión de esta naturaleza para demostrar la efectividad de las corporaciones policiacas y fuerzas armadas?
¿Por qué no desarticular y limpiar de estos delincuentes las zonas donde ya saben que operan?
Y así, ser reactivos antes que preventivos. No aplastar a la delincuencia sino hasta que se pasan de la raya y sobre todo, cometen crímenes sonados y que exhiben a la misma autoridad.
Lo mismo ocurrió por ejemplo, en estos días, en otro punto del país. En Chihuahua donde fueron asesinados los dos sacerdotes jesuitas por El Chueco y sus criminales al entrar a ejecutar a otra persona, por la revancha de un juego de beisbol.
Según los testimonios, este líder criminal también dominaba Cerocahui en ese estado del norte del país, y “todos sabían” desde el primer momento que era ese personaje el autor.
Otro sacerdote dijo en noticieros de alcance nacional que “aquí nada se mueve si no es por orden de esa persona”. Es decir, ahora, lo buscan y ofrecen recompensa millonaria, y seguramente no tardarán en aprehenderlo cuando pudieron haber evitado un hecho sangriento como éste.
En muchas más personas hay más temor que esperanza. ¿Porque antes no se actuó?, se pregunta el padre jesuita, Javier Ávila.
Y recuerda la masacre de Creel en ese mismo estado, donde exigieron siempre justicia, pero las autoridades pedían que se olvidara y el padre señala “que si se olvida, se olvida a los muertos”.
De esta forma, nadie puede vivir, transitar y dormir en paz, señala el padre. Y es que El Chueco, tiene desapariciones , extorsiones y agresiones en su haber.
Y esa es la tónica similar en todo el país. Lamentable.