Veracruz | 2024-07-31
Con frecuencia se oye hablar de basureros clandestinos en sitios urbanos, semiurbanos, rurales y hasta cerca de carreteras y caminos de Veracruz, donde se logran apreciar descargas de toneladas de basura.
Igual sucede en municipios muy apartados a la vista ciudadana y otros no tanto, pero parece que viene creciendo este fenómeno.
Algunas poblaciones denuncian y otras no, pero la falta de los rellenos sanitarios autorizados y al desamparo de la normatividad favorece que existan tiraderos a cielo abierto.
En el estado se dice que existen más de cien (100) basureros clandestinos, pero también es verdad que las autoridades municipales y el medio ambiente, estatal y federal, no tienen el dato preciso, al menos que se sepa o lo difundan.
Y es que entre las dependencias del estado, la federación, los ayuntamientos y particulares —los negocios generan desechos— hace falta coordinación y, por supuesto, educación y cultura en la población para coadyuvar con la recolección y separación de la basura.
Es inevitable aceptar que todos los residuos sólidos y no sólidos son fuente de contaminación y daño diario a los ecosistemas terrestres y marinos, sin omitir que logran convertirse en un problema de salud por todas las enfermedades que generan a la comunidad en su conjunto.
Desde hace varios años solo se oye decir por autoridades que los rellenos sanitarios existentes son insuficientes, y son pocos los que cumplen con las normas establecidas por la Semarnat, que es la dependencia normativa en la materia, pero hasta ahí.
Los rellenos sanitarios no son todos operados por los ayuntamientos, sino también por empresas particulares que de alguna forma les asignan ese servicio público que se supone es responsabilidad de todos los municipios en primera instancia.
Todo ese universo lleva a que la Secretaría del Medio Ambiente en el Estado implemente planes de remediación que busquen y encuentren la mitigación de los daños ambientales, pero no han sido suficientes estos esfuerzos.
Y es que el saneamiento de no atenderse integralmente, los daños crecerán no solo en los ríos y el mar, sino que además llegarán a causar impacto y problemas de salud pública en algunas zonas o regiones del estado.
Todo el universo que atiende el manejo de basura y residuos es una responsabilidad compartida entre varios sectores, visto en el esquema de autoridades de los municipios, estado y federación, sin descontar al sector privado.
Un elemento adicional en los basureros clandestinos, es la participación de particulares que exponen su salud en lo personal, familiar y colectivo.
En diversas municipalidades en el territorio veracruzano, este es un serio asunto por atenderse.
Recordemos la problemática del basurero Las Matas, en el sur (Minatitlán), donde por años los municipios de Cosoleacaque, Minatitlán y Coatzacoalcos depositaron sus residuos.
Ahí se dijo en su momento que removieron más de siete mil metros cúbicos de residuos y la cobertura de unas 8 hectáreas con material arcilloso, así como estabilizar taludes y habilitar caminos, controlando 70 mil metros cúbicos de emisiones de biogás y hasta la extracción de una cantidad importante de metros cúbicos de lixiviados (sustancia líquida, densa y de muy mal olor).
En resumen y dicho de otra forma, la Ley de Prevención y Gestión Integral de Residuos Sólidos es tarea que ojalá no tarde en observarse y cumplirse por todos.
Abatir basureros clandestinos y construir rellenos sanitarios es una misión que involucra a los tres niveles de gobierno y a los particulares, y estos a través del impuesto a la nómina — que nació para obra pública — puede ser opción en materia de los trabajos para la infraestructura necesaria.
¡ES CUANTO!
José Luis Enríquez Ambell
enamjl62@gmail.com; enriquezambell@gmail.com
Secretario General de la Federación Auténtica de Trabajadores del Estado de Veracruz (FATEV – JLEG) Registro Federal del Trabajo #5844 y Director General de la Consultoría y Asesoría Integral AECAI Torre Ánimas en Xalapa, Ver.