Veracruz | 2022-05-30 | Paulina Ríos
A 15 días de que el Gobierno de Veracruz publicara la medianoche del 16 de mayo el decreto con el que extinguió el fideicomiso del Acuario de Veracruz, entregándolo a la Procuraduría del Medio Ambiente (PMA) del Estado, que dirige un personaje más conocido por hechos de corrupción -aseguran veracruzanos- que por su desempeño. Sergio Rodríguez ha brincando de gobiernos priistas, a panistas y ahora está empoderado en el gobierno morenista.
Tras la publicación del decreto el 19 de mayo, ocho días después de su cierre, el acuario reabrió sus puertas al público con el nombre de Aquarium del Puerto de Veracruz con un evento que parecía meramente político; atiborrado de personas, todas ellas a decir de los políticos presentes traídas de regiones apartadas de Veracruz, zonas indígenas, niñas y niños que según dijeron nunca antes habían visitado el Acuario.
Diputados y secretarios se tomaron la foto y el más feliz quizás era el Procurador del Medio Ambiente, Sergio Rodríguez Cortés, a quien dicen, solo le importan las ganancias. Desde entonces la preocupación de ambientalista, biólogos y asociaciones dedicadas a la conservación de especies no ha cesado, pues han reiterado la gran responsabilidad que implica tomar las riendas de uno de los Acuarios más reconocidos de Latinoamérica. Los conocedores auguran con preocupación y tristeza, resultados catastróficos.
Así, por ejemplo, la asociación civil Earth Mission y la Asociación de Zoológicos, Criaderos y Acuarios de México han advertido que los 3 mil ejemplares de 150 especies que viven en el acuario corren riesgos graves con estos cambios y es que el gobierno no alcanza a entender lo difícil que es el manejo de la vida silvestre bajo cautiverio pues además de costoso, es muy delicado.
Especialistas han solicitado al Poder Ejecutivo no usar el acuario como botín económico o político; el Acuario recibe un millón de visitantes y supera los 40 millones de pesos en ganancias netas, pero a la par requiere mensualmente 8 millones de pesos para costos de mantenimiento y alimentación de las especies y a ello se suman los costos de la nómina del personal.
El Acuario lleva 30 años de servicio, destacando por su cría y manejo de especies como medusas y manatíes. Especialistas refieren que otro hecho destacado es la conservación del pez sierra, prácticamente extinta.
Además el Acuario de Veracruz fue el primero en recibir el Certificado de Calidad Ambiental Turística, otorgado por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y la acreditación internacional de la Asociación de Zoos y Acuarios de los Estados Unidos, certificando así que cumplía con los estándares más altos de bienestar animal y en las áreas de conservación, educación, ciencia y entretenimiento.
La polémica actual versa respecto de la legalidad o ilegalidad de la extinción del fideicomiso que para juristas y especialistas es arbitraria, autoritaria y abusiva.
La autoridad no tiene ni la capacidad, ni los conocimientos para dirigir, administrar y mantener. Lo que más se ha cuestionado, es que, el gobernador no realizó una inspección o una auditoría, solo decidió cancelar el fideicomiso e insistió en que no había cuentas claras sobre su manejo, sin mostrar evidencia alguna.
Cuitláhuac García determinó entregar el control a la Procuraduría del Medio Ambiente, pero de ello no existe justificación legal, pues la Procuraduría del Medio Ambiente no tiene Atribuciones legales para administrar el Acuario. Muchos empleados fueron despedidos, aunque de ello tampoco hay claridad y tampoco han dado cuentas.
El procurador de Medio Ambiente, Sergio Rodríguez, solo ha referido que se destinó una bolsa de 20 millones de pesos para la liquidación de los trabajadores y aseguró que se les volvería a contratar. La intención fue eliminar antigüedad y no considerar sus años de servicio y su especialista en el cuidado y conservación del Acuario. Así la realidad veracruzana con su Acuario.
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