Veracruz | 2020-09-05 | Enrique Haro Belchez
El antropocentrismo es una teoría filosófica en la cual se concibe al ser humano y sus intereses como el centro de todo, por lo que se produce una supeditación de lo “demás” (seres vivos, medio ambiente, etcétera) a las necesidades y bienestar del ser humano, el cual puede utilizarla para sus propósitos, de modo que la naturaleza tiene un valor por su contribución a la calidad de la vida humana, satisfaciendo sus necesidades físicas y materiales; pretende que todo debe girar a nuestro alrededor, esto nos está conduciendo al desastre como planeta, situando al ser humano en el centro, con lo cual, se manipula al medio ambiente hasta el punto de destrozarlo.
A nivel nacional e internacional, se han realizado una serie de esfuerzos con el objetivo de lograr que el impacto del hombre sobre la naturaleza no termine con ella.
Ya sea mediante convenios, declaraciones, tratados internacionales, leyes etc., actualmente se cuenta con una gran cantidad de normatividad que apunta a proteger a la naturaleza.
Por ejemplo, el sexto informe “Perspectivas del Medio Ambiente Mundial, GEO-6” es el informe ambiental más completo del mundo, elaborado por el Programa de Medio Ambiente de Naciones Unidas (PNUMA), abarca gran variedad de temas ambientales, problemas y posibles soluciones y nos alerta de la situación de riesgo extremo en que se encuentra el planeta por causas principalmente antrópicas o antropogénicas; se destaca que los problemas son varios: cambios climáticos, pérdida de la capa de ozono, escasez del agua dulce, contaminación del agua potable y del aire, deterioro del suelo, deforestación y desertificación, alteración de ecosistemas, desastres naturales, eliminación de desechos, acumulación de sustancias tóxicas, agotamiento de los recursos naturales, pérdida de la biodiversidad, inseguridad alimentaria, pobreza, urbanización, guerras y conflictos entre otros.
Los ecosistemas y el medioambiente, incluyendo las demás especies de fauna y flora, han pagado un precio elevado por mantener este nivel de “falso” confort de la humanidad; y hoy en día se experimentan pérdidas significativas.
Por lo que se considera fundamental recuperar la dimensión ética del medio ambiente, la cual puede contribuir a construir e impulsar una estrategia de desarrollo sustentable pertinente y factible que tienda a mejorar las condiciones de vida y el equilibrio entre el desarrollo y la naturaleza.
La naturaleza es, existe y está más allá de nosotros y a pesar de nosotros. Pero lamentablemente la mano del hombre se encargó de ponerla en una situación límite.
La gran responsable de esta realidad es la concepción antropocéntrica de los seres humanos en la biósfera, que han supuesto su absoluto, aunque entendible, dominio sobre las demás especies y ecosistemas inmerso en el hoy llamado Antropoceno.
Si esta premisa no es transformada difícilmente se logrará llegar a un estado de conservación habitable de los ecosistemas como los conocemos en los próximos 50 años.
El panorama tiene retos gigantescos y requiere de nuestra acción conjunta y alineada para iniciar procesos de transformación hacia un convivencia sostenible y amigable con el medio ambiente.
Es tarea de todos aminorar los efectos de la acción humana en el planeta y brindar protección al medioambiente, a la conservación de la biodiversidad y mejorar la gestión de los recursos naturales.
#CambiaUnaAcciónCambiaTodo.