Veracruz | 2021-05-05 | Manuel del Ángel Rocha
Con una campaña descomunal en los medios de comunicación, el presidente Andrés Manuel López Obrador, enfrenta al peor adversario (ya compactado, poder económico y partidos políticos), al que se haya confrontado durante su sexenio. Sus adversarios (sectores económicos resentidos, y actores políticos desplazados) han crecido exponencialmente, al conjuntar para este proceso electoral a los partidos políticos (PAN-PRI-PRD), que en algún momento eran antagonistas irreconciliables. Hoy el liderazgo y credibilidad del presidente está siendo cuestionadas en una perpetua retórica de medios masivos.
Una comunicación monopolizada, incesante, uniformada, que día a día, sin receso, promueven, y fijan una de fecha de examen para AMLO: el próximo 6 de junio. Porque para el año 2022, cuando se someta al referéndum para la revocación del mandato, esperan y desean que su presencia social y política, haya sido socavada.
La gran aceptación que AMLO ha mostrado en las encuestadoras más críticas, incluso contrarias a él, manifiesta que su estrategia de realizar las conferencias mañaneras, tiene una gran consistencia, y en parte es la amplia aceptación pública-política.
Siempre con estándares de aprobación arriba del 60%, por lo que estos sectores conservadores se darían por bien servidos que, por lo menos Morena, no alcance la mayoría de diputados para el Congreso Federal. Con ello su objetivo se vería cumplido. Nada de los ataques que aparecen de manera sistemática a diputados, servidores públicos, candidatos a gobernadores (Raúl Morón, y Salgado Macedonio, sobre todo este último, que fundamentalmente tiene que ver con el regalo de Salinas de Gortari de la isla Punta Diamante, a Diego Fernández de Ceballos, entre otros), son aislados. Es un estrategia de la derecha, estructurada, ya publica, coordinada por Claudio X González, y el ex dirigente de la Coparmex, Gustavo de Hoyos.
Las reformas que ha enviado al Congreso Federal, y las decisiones tomadas para desandar el camino de las administraciones anteriores, han sido inmediatamente cuestionadas, o desacreditadas, o peor aún, detenidas mediante amparos en la Suprema Corte de Justicia.
En estos dos años de gobierno, el Ejecutivo ha enviado al poder Legislativo una copiosa serie de leyes para apoyar a la sociedad, en particular a los grupos más desposeídos, como han sido apuntalar sus derechos, en salarios y seguridad laboral, como también en la previsión, asistencia y seguridad social.
En general, para mejorar las condiciones generales de vida de millones del pueblo pobre, pero a la par, para recuperar la rectoría del Estado, perdido, por su adelgazamiento de la estructura administrativa federal, propiciado por los gobiernos anteriores, que magnificaron al mercado, por encima de la supremacía de un estado social y democrático.
El jefe de información de Hitler Joseph Goebbels, afirmaba que una mentira dicha mil veces, se convertía en verdad. Esa hipótesis nazista, será exhibida al aparador, la misma noche del día 6 de junio. La retórica de una comunicación masiva, tendiente a la manipulación de millones de votantes, conlleva a fijar un posicionamiento en contra del presidente López Obrador. Solo propaganda, para condicionar conciencias, así hayan sido las mentiras más ruines.
Ese es el objetivo, “la propaganda -decía Goebbels- que surte los efectos deseados, es buena, y cualquier otra propaganda, debe conseguir resultados, aunque ésta sea ruin, brutal, o de muy mala fe”.
De manera sistémica, estos empresarios, concesionarios de los medios de comunicación, y sus socios resentidos, porque ya no pueden hacer negocios a través del tráfico de influencias, pintan escenas apocalípticas, señalando que las acciones del Ejecutivo, son maquiavélicas, o donde solo se obtienen fracasos y cuentas nulas. Pretendiendo crear una audiencia casi estandarizada, una gran masa amorfa, ausente de crítica, que debe tomar partido contra AMLO.
Con esa estrategia publicitaria, de convertir al ciudadano en un “hombre diseñado desde afuera”, ha querido reducir a los individuos, a la gente, en meros objetos de manipulación, alejados de su realidad.
Conformar gente acrítica, presta a reproducir su sentir en contra de México, y su presidente. Esa oposición que la apuesta a la manipulación masiva, en lugar de convencer con mejores propuestas, incluso que las del gobierno, muestra su alejamiento e indolencia por el pueblo, confirmando su derrota política y moral, que los tiene de antemano, noqueados electoralmente.