Veracruz | 2020-12-16 | Raymundo Jiménez
Aunque desde su toma de protesta como Presidente de la República, el 1 de diciembre de 2018, Andrés Manuel López Obrador ha venido reiterando que “no es mi fuerte la venganza, si bien no olvido, sí soy partidario del perdón y la indulgencia”, lo cierto es que las circunstancias adversas que ha debido enfrentar en materia de economía, seguridad pública y sobre todo las ocasionadas por la inédita pandemia del Covid-19, lo han ido forzando a olvidarse de sus palabras ante el riesgo inminente de que su partido y aliados pierdan la hegemonía que actualmente tienen en la Cámara de Diputados, lo que hasta el momento, junto con su mayoría en el Senado, le ha permitido un cómodo margen de gobernabilidad.
Y es que este martes, coincidentemente, los columnistas políticos Carlos Loret y Raymundo Riva Palacio, con dos versiones diferentes, revelaron que AMLO habría tomado la decisión para que la Fiscalía General de la República (FGR) solicite orden de aprehensión en contra del expresidente Felipe Calderón Hinojosa, a quien aún no le perdona haberle “robado” la elección presidencial de 2006, lo que al parecer determinó que el tabasqueño no felicitara inmediatamente, a principios de noviembre, al virtual presidente de Estados Unidos, Joe Biden, tras el triunfo del excandidato demócrata impugnado por el mandatario saliente Donald Trump.
Loret, por ejemplo, reveló que desde el mes pasado, “de manera informal, la FGR presentó ante las instancias judiciales el expediente con el borrador de la solicitud de orden de aprehensión”, detallando que “el motivo tiene que ver con el presunto mal uso de la ‘partida secreta’ de la Policía Federal en el sexenio en que Calderón fue presidente de México y la cabeza de esa corporación era Genaro García Luna, entonces secretario de Seguridad Pública”.
A su vez, Riva Palacio comenta que AMLO “tiene una fijación” con la Operación Rápido y Furioso –un operativo sobre tráfico de armas que en 2009 montaron autoridades de Arizona con el consentimiento del gobierno calderonista–, y que “le ha servido para denostar sistemáticamente” a Calderón.
El columnista de El Financiero señala que el expanista “ha negado las imputaciones y afirmado que esa operación fue secreta, y que su gobierno tuvo conocimiento de ella hasta que se hicieron públicos los detalles de la operación, que dio origen a una exigencia al gobierno de Estados Unidos para que frenara el flujo de armas a México”, y apunta que “una nota diplomática que se envió a Washington por instrucciones de López Obrador en busca de explicaciones sobre el operativo fue respondida hace meses con un simple ‘es un asunto cerrado’”.
Sin embargo, revela que AMLO “no se quedó con ello” y que instruyó a la FGR y a la Consejería Jurídica de la Presidencia “para que judicialicen el caso y procedan a acusar a Calderón, al entonces procurador general, Eduardo Medina Mora, y a varios funcionarios de la extinta PGR, de homicidio por haber dejado pasar las armas…”.