Las trampas del socialismo

Cuidando tu dinero

Veracruz | 2024-06-05

Azabache, una reconocida artista venezolana, ha vivido en carne propia las devastadoras consecuencias del régimen socialista en su país natal. A través de sus obras y discursos, busca alertar al mundo sobre los peligros y trampas del socialismo. En sus palabras, la experiencia venezolana es un testimonio vívido de cómo el socialismo puede destruir los pilares fundamentales de las Naciones, sumiéndola en la miseria y el caos.

Ella compara votar con arrojarse a una piscina sin agua. Esta metáfora ilustra la realidad de un país donde las elecciones se han convertido en una farsa, y las instituciones democráticas han sido desmanteladas. La República, el Estado de derecho y los poderes independientes han sido suprimidos, dejando un sistema donde los políticos simulan una democracia mientras el narcotráfico y las potencias extranjeras sostienen al régimen.

Uno de los aspectos más críticos del régimen socialista es la deliberada destrucción de valores. Señala que, bajo el pretexto de la justicia social, los políticos se apropian de gran parte de los impuestos, fomentando la corrupción y la impunidad. Este sistema no solo genera pobreza, sino que manipula a la población menos educada, convirtiéndola en dependiente del Estado.

La intervención gubernamental y los impuestos excesivos han llevado a la contracción del sector productivo. El gobierno destruyó y expropió sectores clave de la economía, obligando a millones a abandonar sus hogares y buscar mejores oportunidades en el extranjero. La falta de una organización internacional eficaz para ayudar a restaurar la democracia deja a las Naciones atrapadas entre las dictaduras brutales y una oposición falsa.

El socialismo del siglo XXI, con sus estructuras criminales, ha tenido un impacto devastador en áreas fundamentales como la educación, la salud y la cultura. Generando víctimas de la ignorancia, el hambre, la miseria, la enfermedad y la muerte causada por este sistema.

Ella observa una ciudadanía dividida entre la generación más joven y aquellos con más experiencia, destacando cómo el socialismo y el globalismo convergen para promover una agenda que amenaza los valores familiares fundamentales. Critica también el uso de los medios de comunicación para silenciar a la oposición y promover ciertas ideologías políticas, sembrando división y caos en la sociedad.

Analiza el concepto de verdadera oposición y el papel de la corrupción y la impunidad en los sistemas políticos, que requieren una determinación firme para desafiar el status quo, en lugar de ser complaciente. La artista denuncia la corrupción y la impunidad que prevalecen en el sistema político y la falta de una oposición efectiva que pueda enfrentarse al régimen.

Ella se identifica como libertaria liberal, enfatizando la importancia del principio de no agresión y los derechos individuales a la vida, la libertad y la propiedad. Critica al socialismo por sus impactos negativos en la sociedad y llama a la unidad contra esta estructura, advirtiendo sobre los peligros de ignorar el tema, independientemente de las creencias políticas.

También analiza la situación económica de España y la compara con otros países europeos. Si bien a menudo se describe a España como un cohete económico, ella sostiene que no es así cuando se considera el estancamiento económico en otros países europeos. Sin embargo, mucha gente en España percibe algún tipo de ayuda estatal, como transferencias o renta mínima, lo que ha provocado que cada vez haya más personas dependientes del Estado y menos en el sector productivo.

Azabache cree firmemente que el valor de la libertad es ayudar a las personas a discernir si están viviendo bajo el socialismo del siglo XXI, ya que cree que sólo los ciudadanos con conocimientos pueden impedir su avance y enfatiza la importancia de respetar el principio de no agresión y los derechos individuales a la vida, la libertad y la propiedad.

"El que tiene oídos para oír, Oiga"

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