Maestros veracruzanos viven intensa jornada de vacunación

Aunque la Secretaría de Salud garantizó las dosis de vacunación para todo el magisterio veracruzano, muchos pernoctaron desde la noche anterior en las afueras del WTC, en Boca del Río, mientras miles más prefirieron llegar temprano y otros llegar al medio día.

Tres camiones de la Secretaría de Marina estacionados a un lado del recinto eran la muestra clara de que el personal de salud que se haría cargo de la aplicación de las dosis serían de formación castrense, médicos, enfermeras así como asistentes llevaron a cabo la logística de la jornada, apoyados por trabajadores del IVD así como de otras dependencias de la SEV.

La fila de profesores iniciaba por el ingreso al estacionamiento de Plaza Américas ubicado a unos pasos del bulevar Adolfo Ruiz Cortines, la cual se internaba al piso cero del estacionamiento, la fila recorrería perimetralmente medio estacionamiento, hasta llegar al otro lado de la plaza.

En la intercepción de la calle y la avenida Ejército Mexicano, la fila le daba vuelta a una de las columnas del estacionamiento de la plaza, a partir de ese punto, la fila continuaba su curso a un lado de Chedraui hasta curvear para llegar otra vez a Ruiz Cortínes, un tramo extenso de sol.

De todo

Es ahí donde se podían ver sombrillas continuas en el recorrido. Al llegar al frente del WTC, la fila “culebreaba” en varios puntos hasta ingresar al recinto y de ahí a los salones donde antes de que se aplicara la vacuna, personal de la SEV implementaba dinámicas de activación física para los maestros de la antesala.

Además de la música para la dinámica, afuera, en los pasillos había un grupo de música tropical que amenizaba a los profesores. En todo el recorrido de la fila se podía contar en promedio 10 mujeres por 3 o 4 varones.

Muchos llevaban sus banquitos, lunch, sombreros de paja, gafas oscuras, periódicos, gorras, incluso algunos hasta hieleras para guardar las aguas, hay quienes iban acompañados por sus familiares, no faltó tampoco duplas de maestras madre y maestras hijas.

La profesora Leonor, quien llegó a las 12 del mediodía, parada en lo que es el comienzo del recorrido con sol una hora y media después, pide a elementos de la SEMAR que por favor le apoyen pues es diabética y cree no aguantar tantas horas con las altas temperaturas, además de que es una mujer obesa, a lo que los cabos le dicen que debe esperar como los demás.

Venta, sol y rapidez

El personal de la Marina recalca a los profesores que no hay dos filas de turnos escolares como matutino y vespertino, sino que todos se tienen que formar en una sola.

Mientras, los vendedores ambulantes hacen sus agosto en plena primavera: neveros, vendedores de bolis, glorias, raspados y frituras se ubican en diversos puntos de la fila afuera de los recintos; volobaneros y vendedores de cubrebocas son los que más abundan.

Jennifer Chávez, profesora con 12 años en el magisterio veracruzano llegó a las 7 y media de la mañana y salió a las 13:50 horas, a pesar de que la fila avanza relativamente rápido, con ingreso de 40 en 40 profesores, “yo creo que la fila empezó a avanzar desde las nueve de la mañana, yo creo dábamos 5-6 pasos y esperábamos como medio minuto y de ahí hasta llegar a la vacuna”.

“Yo creo me he de haber tardado como cinco horas, yo llegué a las ocho de la mañana y salí a la una de la tarde, él (un compañero) se tardó más, llegó a las 8 y salió a las 2”, comenta Carlos Arzabal, profesor que tiene 2 años trabajando para el magisterio y quien asegura la fila avanzó rápido y le tocaron 40 minutos de sol.