Diario del Istmo
Suscribete a nuestros boletines
Veracruz

Carnaval, un infierno; veracruzanos huyen de fiestas carnestolendas

Veracruz | 2020-02-12 |
1 /
Carnaval, un infierno; veracruzanos huyen de fiestas carnestolendas
2 /
Carnaval, un infierno; veracruzanos huyen de fiestas carnestolendas
3 /
Carnaval, un infierno; veracruzanos huyen de fiestas carnestolendas

Diario del IstmoDiario del Istmo

La edición número 96 del carnaval de Veracruz está casi a la vuelta de la esquina y con ello, la visita de miles de personas a la conurbación, por lo que los bulevares tanto de Veracruz como de Boca del Río se prevén sean abarrotados durante la semana que dura la fiesta.

Sin embargo, no todos los visitantes son familias y grupos de amigos que llegan a divertirse, cada año cientos de vendedores de otras partes del país llegan al puerto incrementándose el ambulantaje, y otros, el llamado “turismo delincuencial”, arriban días antes para hacer de las suyas.

Vecinos hartos

La mayoría de los residentes entrevistados que viven sobre el bulevar “Manuel Ávila Camacho” aseguraron que prefieren irse de la ciudad los días de los paseos.

Caos vial, gente acampando en sus banquetas, olor a orines y vómito, gente alcoholizada, basura, asaltos, ruido a todas horas, falta de respeto, trifulcas y cierres de calles son algunos de los motivos que los hace “huír” los días de carnaval.

Marsella Figueroa Ríos vive a tres calles del bulevar, se ha “bebido” 15 años de su vida aguantando y escapando de los días de carnaval, acepta que sí se vuelve un caos vial y alcohólico, por lo que en últimos años sí prefiere irse de la ciudad.

“Lo que más me desagrada del carnaval es que los jóvenes se alcoholizan a morir, porque luego los más grandes abusan de ellos”.

Antonio y su esposa la tienen más difícil, viven a media cuadra del bulevar, por lo que les toca soportar muchas cosas incluso un mes antes de la festividad.

“Desde que empiezan a poner las gradas, nos quitan dos carriles de circulación por el bulevar, cuando deberían buscar que las gradas sólo ocupen un carril, pero ocupan carril y medio y solamente queda un “carril” de circulación, que es media calle de un carril original del bulevar y esto es un mes antes, todo esto nos complica a la hora de salir con nuestros autos”.

Acusa que al cerrar las calles aledañas, se afecta a gente de oficina que trabaja en la zona, esto provoca que se obstruyan las entradas de cocheras de los residentes.

Durante los días de desfile, asegura que hay que quedarse en sus casas o dejar a alguien cuidándola porque siempre ha sucedido que se meten a robar o le pasan cosas a los autos: “Les quitan las llantas, que el espejo, los limpiadores; siempre pasan cosas de esas y hay que estar muy al pendiente”, señaló.

Asegura que esta parte de la colonia Flores Magón parece baño público junto con toda la zona aledaña al bulevard.

José Antonio Tiburcio Valdés es otro residente que vive a una cuadra del bulevar, él tiene ya “soportando” más de 40 años de carnaval donde le ha tocado ver como la gente acampa, orina, bota basura, vomita, un constante olor a cerveza y genera todo un caos en la zona, pues no hay mucho control por parte de las autoridades.

Él, al igual que Antonio su vecino y otros más, prefieren desaparecer en los días de los desfiles, irse a otra ciudad u otra casa, a estar ahí todas las horas que duran los recorridos.

“Realmente lo que hago es que me voy y regreso hasta la 1 o 2 de la mañana que ya se acabó todo esto, porque definitivamente aquí ya no puede uno salir, ya no puede uno entrar (al garaje y a su casa), se vuelve muy complicado estar aquí, entonces en todo ese lapso mejor prefiero irme a otro lado”.

En esa semana no usan autos

Residentes que viven sobre el mismo paseo del bulevar, algunos, tienen que verse obligados a poner mallas o “bardas” de tablas para resguardar sus fachadas, en algunos casos, poner alambres de púas en sus bardas para que la gente no se suba o se brinque la barda. De plano, también se olvidan de sacar sus autos en esos días o dejan el auto en calles más adentro de la conurbación.

Luz y sombra en comercios

Se calcula que más de 200 comercios de diversos giros están situados a lo largo del bulevar “Manuel Ávila Camacho” al menos en el tramo por donde se disfrutan los paseos, siendo la hotelería, bares y restaurantes los más beneficiados por la derrama económica que genera la fiesta carnestolenda.

Sin embargo, no a todos los comercios que ahí se sitúan les favorece la fiesta de la carne, sobre todo a los comercios que no están en esa vialidad, sino en calles de cuadras hacia dentro o en casi esquina con el bulevar, los cuales se ven afectados de diversas maneras a tal grado de tener que cerrar sus locales durante los días de los paseos, algo que impacta en sus economías.

Mientras dos marisquerías que se encuentran sobre el bulevar a la altura de la calle de Zapata aseguran que el carnaval les beneficia en todo y que siempre hay vigilancia, al señor Alfonso quien es dueño de una marisquería que se ubica en la calle de Xicoténcatl, la fiesta le beneficia porque significa una derrama económica, pero también le trae una derrama de malos tratos, faltas de respeto y cierres viales. Él no pone medidas de resguardo para su local y asegura que la única presencia que hay en esos días es la de los tránsitos que cierran y controlan las calles.

“En cierta manera nos afecta porque estas calles se cierran hasta dos cuadras adentro e impide a los turistas o visitantes que vengan a comer por acá debido a que tienen que dejar sus autos calles adentro y caminar más”.

Otro restaurante que está a media cuadra del bulevar acusa que los días de carnaval significan pérdida total en su economía, pues se ve obligado a cerrar debido a las diversas consecuencias que trae el bloqueo vial: - “Se refuerza con medidas de seguridad la fachada, ponemos 2 murallas de madera gruesa de más de 2 metros de alto dejando un pasillo de metro y medio para que la gente pueda entrar días antes de carnaval, pero ya en los días de los paseos, quedan para resguardar las ventanas y las puertas”, comenta Ángel, encargado del lugar.

Inseguridad

Él tiene ya 3 años trabajando en el negocio y le ha tocado carnaval; vómitos y orines es lo que más le molesta cuando reabren el negocio después de que pasó todo. Argumenta que al cerrar vialidades, le impide a clientes y a empleados el libre tránsito al negocio, a eso se le suma que nunca ven agentes de tránsito para poner orden, señala que días antes y después falta seguridad sobre todo para los empleados y las mujeres que trabajan allí que tienen que soportar a varones tomando en las banquetas y diciéndoles de cosas.

“La verdad sí falta la autoridad aquí, el carnaval nos afecta, no dejan pasar a los autos de los clientes y pues tenemos que cerrar durante esos días, eso es una pérdida para nosotros”.

En la calle de Xicoténcatl un negocio de servicios aduanales también tiene que poner tarimas de madera triplay para poder resguardar las puertas de su fachada, las cuales son de una madera de mejor calidad y que por lo mismo temen sean orinadas o maltratadas al igual que la puerta de acceso al personal y clientes. Ellos ponen las tablas a un metro y medio de la puerta para crear un pasillo por el cual su personal pueda accesar a la instalación, pues ellos trabajan viernes, lunes y martes.

Negocios, un búnker

“Casas Romy” y la librería-cafetería “Mar Adentro” de plano cierran sus instalaciones durante los desfiles, el primer negocio sólo baja sus cortinas de metal y si es necesario, tiene que limpiar las porquerías que dejan sobre ellas y la banqueta. Mientras que el segundo negocio pone tablas en su fachada por lo mismo. Gracias a ello, no han tenido afectaciones.

Quálitas, empresa aseguradora, también protege su fachada con un muro de madera y un acceso controlado, pues ellos trabajan durante los días de Carnaval, ponen dos guardias en el acceso y en la puerta porque ya han tenido la experiencia de que la gente alcoholizada se mete, además de que resguardan la fachada de todas las porquerías que ya han encontrado.

“Hemos encontrado orines, suciedad, basura, nosotros los empleados cuando venimos para acá o cuando ya nos vamos, al salir, tenemos que soportar personas borrachas que nos ven mal y que no tienen moderación en su vocabulario hacia nosotras, a veces tenemos incluso que ser acompañadas hasta nuestros autos o a la parada del camión. Otra cosa que nos afecta son los cierres de calles que hacen que los clientes se les haga difícil llegar hasta acá, la verdad falta mucha vigilancia durante esos días”, acusa una empleada del lugar.

Prohibido el cristal

En el caso de los Modeloramas que se encuentran en el bulevar, la forma de venta y los productos cambian durante esos días, estos negocios tienen que cerrar sus puertas ante el mundo de gente que se aglomera afuera del lugar y por ende, atender por las pequeñas ventanas de la puerta.

“En esos días se prohíbe vender vídrio por aquello de que vaya a haber una pelea y se lancen las botellas o incluso las lancen a los cristales de aquí. Sólo se vende cerveza en lata”, comenta una empleada.

Descarga Versión Digital
  • Lo último
  • Lo más leído
Diario del Istmo
Diario del Istmo

SÍGUENOS EN REDES

 

Nosotros | Publicidad | Suscripciones | Contacto | Aviso de Privacidad

 

 

Reservados todos los derechos 2022