Las pinturas y murales en la exposición ‘Un Cauduro es un Cauduro (Es un Cauduro)’ permiten hurgar en la intimidad cotidiana de 50 años de trabajo de Rafael Cauduro.
Maestro del engaño, alquimista de la materia para hacer arte, curioso de la experimentación, obsesionado del paso del tiempo, son algunos de los detalles que emergen en el Colegio de San Ildefonso ante la apertura de la selección retrospectiva abierta al público a partir de mañana.
En 161 obras se materializan sus obsesiones, ángeles que ven arder la humanidad, mujeres desnudas en lujuria, escenas de injusticia, la migración a bordo de trenes oxidados o la reflexión sobre el cuerpo en discapacidad, son algunas de las temáticas que ha abordado en 10 lustros.
La curadora Alesha Mercado señaló: “Estoy convencida de que hay que mostrar la trayectoria de Cauduro”, y llamó a estar atentos a sus aportaciones técnicas, así como al gran lugar que tiene en la historia del arte mexicano. “Más que estética y perfección técnica, al adentrarme en su estudio, sus obras y escuchar las historias, me di cuenta de que hay mucho más como artista”.
Labor
El trabajo para la exposición se inició hace tres años, con el planteamiento de un homenaje por los 70 años de Rafael Cauduro. Su esposa calculó que ha realizado unas 900 obras. La pandemia fue un periodo dedicado a elaborar un catálogo razonado; hasta ahora se han documentado 600 piezas, pero queda trabajo por hacer.
En el Colegio de San Ildefonso, a la par de la exposición que concluye el 26 de junio, se realizarán diversas actividades como charlas y talleres; asimismo, un recorrido por la ciudad que ha pintado, que incluye el Edificio Cauduro en la colonia Condesa, el Metro Insurgentes y la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Además, se abrió un micrositio en la página del museo (www.sanildefonso.org.mx) para un acercamiento a distancia a la exposición gracias a Internet.
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