En algunos puntos de la entidad veracruzana han comenzado a colocar anuncios espectaculares que promocionan la imagen del diputado federal Sergio Gutiérrez Luna.
Es la portada de una revista que incluye una entrevista con el legislador veracruzano, quien ha intensificado su presencia mediática con miras a la sucesión de 2024.
De esa manera, inicia lo que podría considerarse como el cierre de esa carrera, la parte definitoria de la selección del candidato de Morena a gobernador de Veracruz.
A partir de estas semanas veremos un mayor activismo entre quienes aspiran a suceder a Cuitláhuac García en el gobierno estatal.
En esa carrera, por cierto, se ha visto discreto el paso de la titular de la Secretaría de Energía del Gobierno Federal, Rocío Nahle García, quien lleva más de tres años sin una presencia constante en la entidad; parece que sus responsabilidades al frente de la dependencia han limitado su capacidad de operación política; y su única posibilidad se circunscribe a la determinación presidencial.
Otro actor político de Morena que ha comenzado a moverse es el secretario de Educación, Zenyazen Escobar, probablemente el cuadro más cercano al actual gobernador.
El titular de la SEV tiene como base de apoyo a la expresión morenista del magisterio, con la que operó el tema de la consulta sobre revocación de mandato en Veracruz.
Hasta ahora, los analistas políticos han encartado en la carrera rumbo a la gubernatura a seis personajes del Movimiento: además de Rocío Nahle, Sergio Gutiérrez y Zenyazen Escobar, figuran Eric Cisneros, secretario de Gobierno; Manuel Huerta, delegado federal de programas sociales; y Ricardo Ahued, alcalde de Xalapa.
De entre ellos podría salir el próximo candidato y muy probablemente el futuro gobernador o gobernadora de la entidad; quienes no sean postulados para ese cargo, tendrán probablemente una de las dos posiciones en la contienda por el Senado, de tal manera que lo que está en juego para ellos es la supervivencia política.
En el caso del Senado, recordemos que una de las dos posiciones estará reservada para mujeres; y en ese contexto se podría hablar de la ex diputada Mónica Robles, de fuerte presencia en el sur de la entidad; y de Guadalupe Osorno y Dorheny García, estas dos últimas, como parte del grupo del gobernador del Estado.
Otra arista: de ratificarse la alianza entre el Partido Verde y Morena, muy probablemente sea incluido en la boleta el ex diputado Javier Herrera Borunda, como candidato al Senado.
Estos dos últimos factores, la necesidad de abrir espacios al PVEM y la inclusión obligatoria de una mujer para el Senado, terminarán por cerrar los espacios para algunos cuadros de la 4T, que deberán buscar refugio en las diputaciones locales y federales.
Por cierto, en el caso de la carrera rumbo a la sucesión veracruzana, es evidente la disposición de la gran mayoría de los aspirantes por mantenerse ajenos a la confrontación. Parece que ha prevalecido el respeto entre ellos. Hasta ahora, sin embargo, el único actor político de Morena que ha lanzado abiertas críticas contra otros cuadros del mismo partido es el titular de la SEGOB, quien no pierde la oportunidad de descalificar a Gutiérrez Luna, dejando ver que el de Minatitlán, y no Rocío Nahle, es el puntero, en adversario a vencer.
@luisromero85
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