Tras la salida de Xóchilt Arbesú Lago de la Secretaría de Turismo del Gobierno de Veracruz, corrió la especie en el sentido de que en las altas esferas de Palacio de Gobierno no cayó nada bien la reunión de la ex funcionaria con la alcaldesa panista de Veracruz, Patricia Lobeira de Yunes, y que esa fue la gota que derramó el vaso.
El gobernador Cuitláhuac García declararó que la salida de Arbesú obedeció a una renuncia “por motivos de salud”.
Cómo sea, Arbesú Lago dejó de ser integrante del gabinete.
La hoy ex funcionaria deja el cargo en medio de un mar de señalamientos no por corrupción, sino por ineficiencia y falta de capacidad para trabajar prácticamente sin presupuesto.
La ex secretaria de Turismo llegó de forma muy discreta al cargo en 2018; debido a sus antecedentes y a su escasa trayectoria en el sector, poco se esperaba en cuanto a resultados al frente de la Sectur. Aunque doña Xóchitl estudió ciencias políticas en el Tecnológico de Monterrey y tiene una maestría en Gobierno y Asuntos Públicos, su experiencia profesional no se relaciona con el turismo: fundó una primaria particular en 2013 y antes fue gerente de relaciones públicas de la empresa Harinas de Minatitlán; fuera de eso, prácticamente nada.
Fue nombrada en 2018 integrante del gabinete de la 4T en Veracruz, y llegó al cargo con la encomienda de posicionar a la entidad en el mapa de los atractivos turísticos nacionales. Sin embargo, la dependencia no opera con un presupuesto suficiente; en 2022, por ejemplo, se le etiquetaron recursos por 129 millones de pesos, de los cuales casi la mitad fue destinada al ramo de los servicios personales; además de otros 30 millones que fueron canalizados al Fideicomiso de Administración y Operación del Parque Temático Takilhsukut; es decir, a la Cumbre Tajín.
A partir de ese raquítico presupuesto se puede entender el bajo nivel que ha mostrado dicha festividad durante la presente administración estatal.
Cumbre Tajín fue un fracaso no por la ineficiencia en la Sectur, sino porque no hubo presupuesto para la contratación de espectáculos de alto nivel; y lo predecible es que lo mismo ocurra con los otros tres eventos anunciados por el gobierno veracruzano en noviembre de 2021: el Salsa Fest, la Cumbre Olmeca, y el Costa Esmeralda Fest.
Si 2020 y 2021 fueron años muy malos para el turismo y en general para las actividades terciarias de Veracruz, por el confinamiento y el impacto de la pandemia en la economía, 2022 no pinta como el año de la recuperación, a pesar del semáforo epidemiológico en verde.
Todos esos factores: el golpe a la salud pública y la crisis económica derivada de la pandemia de Coronavirus; la escasa promoción; y el raquítico presupuesto para el área, terminaron por conjuntarse para que el barco de la Sectur de Veracruz terminara por hacer agua.
En ese marco, el panorama para los prestadores de servicios es de incertidumbre, a pesar de los reiterados anuncios oficiales sobre hoteles ocupados a su máxima capacidad.
Xóchitl Arbesú ya está fuera de la dependencia; en su lugar llega Iván Martínez Olvera; sin embargo, aunque fuera nombrado el mejor promotor turístico en ese cargo, el problema pasa por el tema de la salud pública; por la imagen de la entidad en materia de inseguridad y violencia; y por el bajo presupuesto asignado.
@luisromero85
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