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Despertador

2020-12-23 | 07:52 a.m.
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Después del aumento de 15 por ciento al salario mínimo para 2021, determinado por la Comisión Nacional de Salarios Mínimos, un sector de los empresarios, la parte más atrasada, representada principalmente por la Coparmex, rechazó dicho aumento y declaró que éste va a provocar despidos masivos y cierre de empresas.

Incluso se llegó a decir que resultarían afectados 700 mil establecimientos. Y otros líderes empresariales, o sus voceros, se adelantaron a decir que el aumento provocaría una espiral inflacionaria porque la economía no aguantaría un aumento salarial de 15 por ciento. También hubo quien señaló que para aumentar el salario era necesario que aumentara primero la productividad de los trabajadores.

El contenido de esas declaraciones es falso, absurdo y contradictorio.

No es cierto que el aumento al salario mínimo provoque inflación, despidos o cierre de empresas.

Primero hay que aclarar que no todos los empresarios se pronunciaron en contra del aumento al salario mínimo. También hay muchos que lo ven con buenos ojos porque saben que eso significa más poder de compra de la gente, más demanda, y por lo tanto, más consumo interno, y que eso representa más mercado para poder mover la rueda de la economía en una situación de gran dificultad como la actual, y más posibilidad de vender sus propios productos.

Para continuar es necesario recordar que a lo largo de más de un siglo el sector más atrasado del empresariado siempre ha dicho lo mismo frente a cualquier conquista obrera. Cuando se logró el derecho de huelga afirmaron que eso acabaría con empresas y empleos. También frente a la jornada de ocho horas. Igual frente a la contratación colectiva. Lo mismo frente a la sindicalización. De idéntica manera contra el reparto de utilidades. Asimismo ante la seguridad social. Es más, recientemente, al discutirse el tema del outsourcing también han esgrimido los mismos argumentos.

Si fuera por este tipo de patrones todavía estaríamos en los tiempos de las tiendas de raya y de los peones acasillados, las jornadas de 16 horas diarias y el trabajo a destajo, con menores incluidos.

Habría que añadir que en materia de productividad, diversas mediciones internacionales ubican al trabajador mexicano como uno de los más productivos del mundo. Pero es uno de los peor pagados. Entonces no es productividad del trabajador lo que más está haciendo falta, sino salario digno.

Por otra parte, hay una contradicción histórica en ese sector del empresariado, pues el mismo que ahora dice que el aumento al salario mínimo afectará a 700 mil empresas, es el que hace algunos años declaraba que nadie ganaba el salario mínimo en México para justificar su falta de incremento.

Ahora bien, es cierto que no todos los trabajadores ganan un salario mínimo. La verdad es que la mayoría gana más de un salario mínimo. Es un segmento minoritario de trabajadores el que sólo gana un salario mínimo. Por lo tanto, es falso que su aumento afecte a 700 mil empresas.

Además, también es falso que este gobierno no haya apoyado a las pequeñas empresas. En los primeros meses de la pandemia se desplegó el más grande programa de apoyo a micro y pequeñas empresas, con más de un millón de microcréditos blandos para respaldar el pago de nómina.

Por otro lado, es falso que el aumento al salario mínimo tenga un impacto inflacionario. Su incremento no se traduce mecánicamente en aumento de 15 por ciento al salario general, pues este último no es determinado por una Comisión Nacional de Salarios Mínimos, sino por el juego del mercado y las condiciones de fuerza de los factores de la producción en las negociaciones bilaterales. Además, no fue el salario el que ha empujado los grandes picos inflacionarios de México, sino las crisis de la deuda externa, las crisis hipotecarias, las crisis bancarias y las crisis financieras.

Si queremos que México sea un país del primer mundo también necesitamos salarios de primer mundo. Un trabajador mejor pagado estará mejor alimentado, será más sano y producirá mejor.

Tomado de El Financiero

https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/marti-batres/salario-y-empresarios

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