Estrés infantil: es real y puede prevenirse

El estrés también afecta a los niños y las niñas. La diferencia es que a esa edad aún no tienen la suficiente capacidad emocional para hacerle frente. Un estudio hecho por la UNICEF arrojó que 8 de cada 10 infantes por el mundo presenta estrés; de moderado a grave, y con la pandemia del COVID-19 se incrementaron los diagnósticos.

¿Por qué se estresan?

Según datos de psicólogos infantiles, pediatras y de la misma UNICEF, los y las pequeñas se estresan por las demandas y situaciones que les arrojamos los adultos:

• Cuando mamá o papá se alejan; empeora si hay separación o divorcio.
• Las mudanzas se perciben como un atentado contra su confort.
• Cambio de guardería, preescolar o primaria.
• Hostigamiento escolar (Bullying).
• Conflictos familiares como deudas, preocupaciones o falta de recursos.
• Castigos y maltrato (físico o emocional) en casa o escuela.
• Discusiones, peleas, insultos entre padres.

Síntomas de estrés infantil

Físicas:
• Dolores que se concentran en la cabeza y el estómago.
• Insomnio.
• Terrores nocturnos, falta de apetito, llantos sin motivo aparente.
• Se incrementa la presión sanguínea y la tensión muscular.

Emocionales y/o conductuales:
• Están muy irritables, aislados de sus amistades, apáticos y su rendimiento escolar va en picada.
• Adquiere hábitos inusuales como chuparse el dedo, jugar con el cabello constantemente, hurgarse la nariz o morderse las uñas.

Como padre o madre debes estar atento y ayudarles

Un niño o niña con estrés activa un mecanismo de defensa, se resiste a hacer cosas que antes hacía y se niega a hablar. Los adultos deben preguntarle, averiguar los escenarios que los pueden tener así. Es es el punto de partida para continuar con lo que recomiendan algunos especialistas:

? Abraza a tu pequeño o pequeña, arrúllales, cuéntales cuentos que tengan un final feliz. Ofréceles amor incondicional para que su autoestima se fortalezca.
? Involúcrales en actividades en donde puedan tener éxito… y refréndaselo:
¨Has trabajado muy duro por esto. Te felicito y me da mucho orgullo que estés dando lo mejor de ti¨.
? Escúchales sin juzgar ni culpar. Respeta su estado emocional.
? Estimúlales a que jueguen, canten; vayan de paseo, vean una película, cocinen galletitas. Tu presencia proactiva será un aliciente de crecimiento.
? Dile que está seguro contigo, y con otras de personas de la familia que realmente le ofrezcan seguridad.
? Haz que de modo sencillo haga preguntas, que hable de sus emociones y diga cómo se siente. Muchos menores no tienen un lenguaje apropiado para nombrar sus emociones, pero los adultos pueden ayudarles a que expresen con aproximaciones, sin poner palabras en su boca. Cuando logran comunicarse, se desahogan y van asumiendo autoconciencia emocional.

En mayo de 2003, Nancy Wells, psicóloga ambiental de la Cornell University, en Nueva York, aseguró, tras un estudio realizado a 500 menores de edad, que los niveles de estrés en los pequeñines eran inversamente proporcional a la cantidad de vegetación a su alrededor. Tener un jardín, sembrar árboles o visitar un parque, colabora a que un chiquito maneje el estrés. La recomendación es que se busquen maneras de acercarles a la naturaleza. Incluso viviendo en la ciudad, se pueden sembrar frijoles o hierbas de cocinar.

El mejor regalo para tu hijo o hija se llama amor, comprensión, paciencia y un lugar apacible. Si no hay respuesta, busquen apoyo profesional, no atiendan el desacierto de "ya se le pasará". Duele ver a los niños y niñas cargando los problemas de los adultos.