Ciudad de México | 2022-02-23 | Judith Sánchez
Después de La Mañanera, el presidente Andrés Manuel López Obrador abrió las puertas de Palacio Nacional para que la fuente presidencial conociera los lugares en los que comúnmente reflexiona y toma decisiones en torno a la gobernanza de este país.
Con la frase “pásenle”, el mandatario federal inició el recorrido en la Sala de los Médicos y las Enfermeras, fue habilitada en febrero de hace dos años cuando inició la pandemia por Covid-19, y en la que se llevan a cabo las reuniones del Gabinete de Salud.
“Lo que hicimos fue mejorarlo, rehabilitarlo, utilizando los mismos muebles que existían (…) Se arregló porque no tenía luz, porque estaba abandonado, lo usaba el Estado mayor Presidencial”.
Confesó que no es grato iniciar el día enterándose de los hechos violentos, como asesinatos y secuestros, que se suscitan en las entidades del país.
“En esas pantallas vemos fotografías, vemos videos y aquí vemos cosas fuertes”.
Al salir de la Sala Ignacio Zaragoza, donde se da el conclave con las autoridades de seguridad, se le preguntó cuál fue la noticia que más le ha impactado, “Lo más difícil, lo más difícil de mi gobierno, Tlahualilpan fue lo que he sufrido más, estaba en Aguascalientes y me trasladé a Tlahualilpan en la madrugada, y fue muy triste, eso fue muy doloroso, muy doloroso, es el momento más difícil, y triste que he enfrentado, lo demás duele yo todo, pero va uno hacia adelante, pero ese es el más lamentable”.
El titular del Ejecutivo dijo que, por falta de tiempo, en esa sala no se tocan temas de índole político, solo aquellos que tienen que ver con la seguridad hacia la población mexicana.
Dentro de las oficinas en donde despacha diariamente, el político tabasqueño mostró el famoso teléfono rojo.
Los representantes de los medios que los acompañaron en este “tour” le solicitaron hiciera una llamada, a lo que respondió que “ese ya no se usa”.
Al llegar Enseguida al “Salón Principal, en donde se ubica el balcón, en donde ha encabezado el tradicional “Grito de Independencia”, el presidente dijo que en ocasiones sale a ver a las personas que caminan por la plancha del Zócalo capitalino, aunque se resistió a hacerlo en esta ocasión, dado que había una manifestación.
Casi al término de este recorrido, se le cuestionó si en la Galería de los Presidentes habrá una pintura de su persona, comentó que aún faltaba tiempo para pensar en ello y dijo estar analizando quien realizaría ese retrato.
A petición de Imagen del Golfo, López Obrador compartió, como anécdota chusca, la “limpia” de la silla presidencial a su llegada a Palacio Nacional, una vez que llegó a ese inmueble icónico del Centro Histórico de la Ciudad de México.
“Se acuerdan que cuando estuvieron aquí Villa y Zapata, estuvieron ahí en el despacho presidencial, y Zapata no quiso sentarse en la silla presidencial, según los historiadores expreso que estaba embrujada, Villa si se sentó y yo de manera precavida mandé a hacer una limpia, porque tengo científicos y tengo amigos que me cuidan”.
López Obrador finalizó este encuentro con reporteros, diciendo que ya no hay fantasmas, además afirmó tener “un ángel dela guarda, y muchas bendiciones, oraciones, muchas buenas vibras de la gente” que han logrado romper ese hechizo.
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