La maldición de los gobernadores de Veracruz

Se dice que...

Veracruz | 2021-01-05 | Maquiavelo

Como si fuera una maldición gitana la que persigue a los gobernadores del Estado de Veracruz, algo perverso y siniestro se esconde cuando terminan su gestión y algunos de ellos ni siquiera llegan al final de su período.

Desde que llegó Fernando López Arias hasta el último gobernante, nadie se salva. Al exprocurador de la República al final de su gestión su secretario de Seguridad el coronel Manuel Suárez fue capturado en los Estados Unidos y al parecer se suicidó, aunque dicen que lo mataron.

Llegó Rafael Murillo Vidal y le hicieron un drástico recorte a su presupuesto, intentó dejar a su subsecretario de Gobierno Manuel Carbonell de la Hoz y se le atravesó Jesús Reyes Heroles, quien pugnaba por Arturo Llorente González o su delegado consentido el exalcalde del puerto Mario Vargas Saldaña y la primeras dama María Esther Zuno de Echeverría atiende la petición de su comadre y coloca al esposo de ella Rafael Hernández Ochoa.

Al final de su gestión llega Agustín Acosta Lagunes y persigue a los miembros de su gabinete metiendo a la cárcel al profesor José Luis Lobato, exdirector del Instituto de Pensiones y persigue al alcalde de Xalapa, Carlos Becerra, actual presidente del Comité Olímpico Nacional y al diputado local Miguel Ángel Yunes Linares, ambos se refugian en las oficinas del director del Sol de México.

Acosta Lagunes termina su penosa administración para dar paso al Hombre Leyenda, Fernando Gutiérrez Barrios quien sólo dura dos años para irse de secretario de Gobernación, quien no termina el sexenio por celos del mandatario que lo había designado Carlos Salinas de Gortari. Fue el primer director del Instituto Nacional Electoral y fue electo senador para morir intempestivamente semanas después de haber llegado a la cámara alta. Es el único que logra nombrar a su sucesor Dante Delgado Rannauro quien hereda la maldición que acosa a los exgobernadores termina en la cárcel por tener serias discrepancias con el gobierno del presidente Ernesto Zedillo y no logra su reelección no obstante ser considerado el mejor gobernador que ha habido en la entidad.

Llega Patricio Chirinos Calero que realmente no gobierna y deja que el secretario de Gobierno, Yunes Linares lleve las riendas, situación que se repite cuando no hay capacidad y experiencia del gobernante. Comete el delito de no ser veracruzano al haber nacido en Tamuín, San Luis Potosí.

La imagen de Miguel Alemán se apodera de la entidad, pero, al igual que todos sale y crea Interjet y truena lamentablemente la empresa aérea.

Se espera con entusiasmo la llegada del popular del Tío Fidel Herrera Beltrán que se caracteriza por ayudar a la gente y repartir dinero entre los más necesitados, comete el error de dejar a su secretario Javier Duarte de Ochoa, quien lo traiciona desde su primer año de gobierno y la mala saña que sigue a los exgobernadores y la inmoralidad de Duarte de Ochoa quien termina en la cárcel.

Miguel Yunes Linares el priísta que cambia de partido político se convierte en gobernador por sólo dos años y con la sombra perniciosa que persigue a los extitulares del ejecutivo estatal no logra dejar en su monarquía  gubernamental a su primogénito, no obstante lograr la más alta votación sólo superado por el arrastre de López Obrador para Cuitláhuac García.

La maldición se volvió hacer presente para el choleño y corre el riesgo de hacer vigentes las denuncias presentadas en su contra.

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